El poder en la época moderna

SUMARIO
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Cap. 17
Mª Ángeles Jordano Barbudo(Universidad de Córdoba)
El 'espacio dramático' del poder en el teatro Barroco
Epígr. 1705 Regicidio en manos de Calderón: Los Cabellos de Absalón. Párrafos 91-95 de 98
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     Antes de concluir con la muerte de Hércules, es oportuno detenerse en otro importante pasaje de su vida. Heracles contrajo matrimonio con Deyanira, aunque para hacerlo, tuvo que combatir antes con el río Aqueloo, enamorado de ella, y vencerle. Un día que viajaban juntos los esposos tuvieron que pasar un río y el centauro Neso se ofreció a pasar a Deyanira, mientras Heracles transportaba todo el equipaje. Baltasar de Vitoria narra el episodio con toda suerte de detalles: "Al tiempo de pasar el río Eveno que corre por la Etholia no fue posible vadearle, por ir muy crecido. Acaeció de hallarse allí el Centauro Nesso que se ofreció a pasar a Deianira de ancas, […] cuando llegó a la otra parte, oyó voces, y gritos de Deianira porque Neso quería forzarla, a cuya defensa llegó Hércules y queriéndosele escapar el centauro, le arrojó una saeta de las que traía ensangrentada con la sangre de la ponzoñosa Hidra" (Imagen 50. Hércules).
 
   
 
Hércules matando al centauro Neso. Silla del Monasterio de Yuste, siglo XV
 
   
 
     Neso, en los estertores de la muerte, decidió vengarse: dijo a Deyanira que si recogía y guardaba parte de la sangre que derramaba, algún día le serviría como filtro amoroso, de tal modo que, si más adelante el héroe dejaba de amarla, bastaría con hacerle llevar una túnica impregnada con su sangre para que recuperara su amor. No tardó demasiado Heracles en pensar en otras mujeres y así fue como Licas, mensajero del héroe, se lo dijo un día, ante lo cual Deyanira le envió una túnica empapada en sangre del centauro. "Él se la vistió, y como el veneno era tan activo y eficaz, se entró luego por las carnes, calándole hasta los huesos de suerte que se abrasaba en vivo fuego. Y como veía que la camisa era la causa eficiente de su daño, la pretendía desnudar; y así como la iba quitando arrancaba los pedazos de carne, y junto con el encendido ardor que le abrasaba el veneno, le barrió el juicio, y le dio un furor tan extraño en su ánimo que arrancaba de cuajo los grandes árboles". Tan desesperado estaba que arrojó a Licas al mar desde un monte (Imagen 51. Hércules).
 
   
 
Hércules y Licas (1795-1815). Antonio Canova
 
   
 
     Cuando se dio cuenta de que la idea había sido de Deyanira quiso marchar adonde ella estaba para matarla, pero se había suicidado. Después hizo una hoguera con los árboles, "tendiendo allí la piel del león Nemeo que le había servido de arma defensiva en sus lides, y poniendo la clava o maza por cabecera, entregó sus saetas y arco a Philoctetes, diciendo que no se podía ganar Troya sin ellas, puso fuego a la leña y allí se consumió y abrasó. Y quemando el fuego la parte que tenía de humano, por mandato de Júpiter y consentimiento de los demás dioses, le subieron al Cielo y fue contado en el número de ellos".
     
 
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Epígrafe 1705 Regicidio en manos de Calderón: Los Cabellos de Absalón. Párrafos 91-95 de 98
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Fecha modif. 25-09-2008