|
Ya desde la Antigüedad la diferenciación entre "monarquía", "aristocracia" y "democracia" ("república"), con sus correspondientes deformaciones -"tiranía", "oligarquía", y "democracia radical" o "demagogia"- expuestas por Aristóteles, había puesto de manifiesto la búsqueda de modelos de forma de gobierno. Una búsqueda que a lo largo de la Edad Mediaofrecerá diversas reflexiones sobre el gobierno mixto en respuesta a las diferentes gradaciones que ofrece el inestable equilibrio dado entre la Corona-progresivamente afianzada- y los estamentos. En la época Moderna, el largo recorrido que supone la formación del Estado durante los siglos XVI y XVII nos lleva a distinguir una monarquía, de variable capacidad, que pugna por consolidarse como poder absoluto, y unos estamentos -poder parlamentario-, organizados en diversa forma y agrupados en distintos órganos, no siempre estables (cortes, cámaras, parlamentos, dietas, consejos, etc.), que corporativamente defienden intereses de grupos o particulares (poliarquía). Un dualismo, en fin, presidido por la ambigua diferenciación existente entre la esfera de lo público y de lo privado, lo que está acompañado por una difusa complejidad jurisdiccional.
|
|