Propiedades y establecimientos concejiles

El hospital
 
 

1541
Hontoba

El hospital de Hontoba, a cargo de su concejo, había sido reparado desde la visita anterior, pero sus suelos estaban sin allanar, y había que cerrar el corral para que pudieran salir allí los pobres acogidos. Contaba solamente con dos camas en no muy buenas condiciones, pero como existía ropa suficiente según su inventario, los visitadores ordenaron a los regidores que se mejorasen ambas y que se preparase otra más para un clérigo, colocándola en una de las cámaras de la planta alta[1].

 
 

1552
Hontoba

El hospital contaba con dos camas para los pobres, y una para la hospitalera que los atendía. Las obras que se habían recomendado en la visita previa no estaban hechas: alzar las tapias de su corral, para que pudieran salir allí los que se alojaban sin que los vieran desde el exterior, y mejorar el suelo de la cocina, que estaba muy maltratado. Además de reiterarlas, no se olvidaron de señalar los visitadores que este hospital estaba bien provisto de lo necesario para cumplir con su función[1].

 
 

1556
Hontoba

Mantenían las tres camas que había en la visita anterior, dos para pobres, y una para la hospitalera. Se ordenó reforzar los cimientos de sus paredes, levantar tapias en el corral y alisar su pavimento para evitar que el agua de lluvia se embalsara, y repasar la chimenea de la cocina y algunos de suelos de la casa. [1].

 
 

1573
Hontoba

Según la visita, de la que se conserva copia en el archivo municipal de la localidad, había tres camas, dos para los pobres en una cámara, y una más dedicada a mujeres, que se situaba en otra habitación. En esa misma habitación la hospitalera tenía su propio lecho. Los visitadores ordenaron las reparaciones pertinentes, que se cuidase bien a los hospedados, administrando medicinas para curar a los enfermos, y despidiendo a los que no lo estuvieran tras una noche de estancia. El concejo debía velar por la ejecución de los mandatos efectuados por los visitadores, y por la buena conservación del hospital[1].

 
 

1577
Hontoba

El hospital era mantenido por el concejo y por el cabildo de la Caridad de Hontoba y se ejecutaron las obras ordenadas en la visita anterior. El número de sus camas aumentó a tres, repartidas en dos "palacios", uno de dos camas y otro de una, ambas habitaciones con sus puertas, cerraduras y llaves, recomendándose las mismas instrucciones de atención a los alojados que se dictaron en otros pueblos[52].

 
 

1589
Hontoba

Tenía sus tres camas repartidas dos en una habitación o palacio y la restante en otra, a cargo de María Alonso, viuda, que mantenía el hospital aseado. Se ordenó ampliar su capacidad, añadiendo una habitación donde se pondría una cama para clérigos o mujeres[52].

 
 

1552
Hueva

Estaba a cargo del concejo y disponía de mucha ropa de abrigo para los pobres, sobre todo mantas. Los visitadores ordenaron que únicamente se quedaran con seis o siete, vendiendo el resto, y que con el dinero obtenido comprasen sábanas, de las se carecía. Sólo tenía una cama, porque el edificio era muy estrecho y oscuro, incluso el piso superior de la casa no era del hospital. El concejo recibió la recomendación de buscar un nuevo emplazamiento cuando se pudiera disponer de dinero para comprar un local más apropiado[53].

 
 

1557
Hueva

Eran tres las camas del hospital de Hueva, con su aparejo de ropa, una de ellas destinada al hopitalero. El edificio se encontraba en buenas condiciones, y tan sólo había que sustiiturir las mantas y jergones de las camas para pobres[54].

 
 

1575
Hueva

La casa del hospital era pequeña y pobre, sin renta alguna [1].

 
 

1577
Hueva

Contaba con dos camas para pobres, una en le portal y otra en la cocina, además de otra en un "palacio" propio del hospital, donde se alojaban el hospitalero y la hospitalera. La casa era muy pequeña y no ténia más que las tres habitaciones indicadas, y carecía de corral. Se encarga que se pida limosna a los vecinos para construir un nuevo hospital, más amplio, y entre tanto se vigile la atención que recibían los pobres acogidos[55].

 
 

1589
Hueva

Una viuda llamada Catalina y su hija atendían el hospital, y era mayordomo Pedro de Berninches. Tenía dos camas, y ya se había pedido en la visita anterior comprar un corral para ensancharlo o mejor una casa más grande, lo que todavía no se había podido cumplir[55].

 
 

1510
Illana

El hospital lindaba con la casa de herrería, y se ordenó reformarlo, de manerq eu una parte pudiera quedar para casa de una nueva herrería, cuando la hubiera, y su corral quedar cerrado, para que de noche no pudieran entrar animales o personas. Se encontraba a cargo del cabildo de Nuestra Señora Santa María, y se ordenó que sus cuentas se asentaran en el correspondiente libro. Aparte delmolino de aceite, también recibía el vino del noveno de Vállaga. [175].

 
 

1541
Illana

En el hospital, del que se encargaba el cabildo de Santa María de Agosto, convenía sustituir sus ropas de cama, sábanas y mantas, que estaban muy gastadas. También convenía tapiar un corralejo donde salían los pobres, y reparar una pesebrera en un pequeño establo. Este cabildo poseía también una casa junto al hospital que se arrendaba y un molino de aceite. En el invetario del hospital sus bienes aparecían dos camas "trençadas", sábanas y cabeceras, un banco tosco, un caldero, dos sartenes y un asador [175].

 
 

1555
Illana

La fórmula para tratar a los que se acogían en el hospital deberia responder a estos principios: "Otrosy, mandamos a vos, los dichos alcaldes e rregidores que tengáys muncho cuidado de ver y visytar el hospital desta villa, y de mirar cómo se haze el él la hospitalidad, y que los pobres que a él vinieren sean caritativamente tratados y hospedados y que los que estuviren sanos no estén más de la noche y el día que llegaren y se vayan luego otro día, y a los que estuvieren enfermos y tullidos que no pudieren caminar, los hagáys curar y dar la mediçinas neçesarias por amor de Dios, haziéndolo pedir entre la buena gente y procurar que se les den los sacramentos y si alguno falesçiere, que de su rropilla y de lo que dexare se haga algún bien por su ánima y no consyntáis que si alguna rropa se diere o mandare para el hospital se venda syno que esté allí para el alvergo y rrecojimiento y buen tratamiento de los pobres, sobre todo lo qual vos encargamos las conçiençias.[175] El hospital de Illana permanecía a cargo del cabildo de Nuestra Señora de la Asunción, y contaba con dos camas de ropas para los pobres, no muy buenas y por ello se ordenó su mejora con cargo a los bienes del hospital, además de que pusiera otra para clérigos, de manera que hubiese tres camas preparadas. También ordenaron tapiar el corralejo del hospital para que pudieran salir allí los pobres acogidos. En su inventario, que se detalla en la visita, en el propio hospital se encontraban 5 mantas, 5 sábanas, una almohada, 2 jergas , un cabezal y un trozo de manta y vara y media de lienzo. De hierro eran un asador pequeño, una cuchara, una sartén buena, completándose el mobiliario con una mesa y un banco. En poder del prioste del cabildo, Alonso García de la Fuente, se encontraron sobre todo los utensilios del molino de aceite propio de este cabildo: dos calderones, un cladero para aguar la grana, tres sartenes viejas de hierro rotas, una estaca y una "cuñuela" de hierro, tres almohadas, cuatro sábanas, una manta, una "tarraja con su hierro", la carta del cabildo, y dos azadones en la iglesia para enterrar a los difuntos.

 
 

1573
Illana

El mandamiento respecto a la vigilancia del hospital por las autoridades municipales se repite en esta visita, aparte de que se efectuó su inspección de manera particular cuando se revisaron las cuentas de la cofradía de Nuestra Señora de la Asunción, de la que dependía dicho hospital. El hospital contaba con tres camas de ropa, una de ellas para clérigos y las otras para "pobres peregrinos". Se ordenó mejorar su entrada, hasta la cocina y el corral, con unos pretiles o escalones, para que no estuviera tan irregular. El corral debía estra hundido, pues se dispuso colocar una barandilla para bajar. Los pobres sanos sólo estaban autorizados a pernoctar una noche. A los enfermos y tullidos si fuera preciso que salieran del pueblo, se les proporcionaría cabalgadura [175].

 
 

1575
Illana

El hospital de Illana, según se describe en las respuestas a las Relaciones Topográficas, dependía del cabildo y cofradía de la Asunción, de la que formaban parte todos los casados del pueblo. Tenía como sustento la renta de un molino de aceite, que le produjeron unos 2.000 mrs. en 1575[1].

 
 

1577
Illana

Se repite al concejo su obligación de vistar el hospital, del que se ocupaba la cofradía de la Asunción. Tenía tres camas, una para clérigos y otras dos para pobres.[175].

 
 

1589
Illana

El hospital de Illana, que continuaba a cargo de la cofradía de Nuestra Señora de la Asunción, disponía de 3 camas , dos para pobres, y otra ocupada por Alonso de Huete y su mujer, los hospitaleros[56].

 
 

1510
Mazuecos

La casa donada para hospital precisaba una reparación, pues estaba en muy mal estado, además de la ropa necesaria para su servicio y una persona encargada de atender a los pobres[160].

 
 

1534
Mazuecos

Respecto al hospital, en esta visita se comprobó que la mujer de un vecino llamado Gil González, había dejado un solar para levantar una casa, tan pequeño, que sólo se podría hacer una habitación. Ante este problema, se recomendó al concejo de Mazuecos que buscasen limosnas para disponer de un hospital adecuado, aunque fuese en otro sitio[160].

 
 

1499
Moratilla

Los visitadores impusieron una pena de 100 maravedíes a quienes fueron alcaldes y regidores durante la visita de efectuada en octubre de 1494 por el sacristán del Convento de Calatrava y frey Pedro de Aguayo, porque no habían cumplido lo que se les ordenó, prueba de lo cual era que se había perdido la "razón del mandamiento", esto es, el documento que contenía las instrucciones de los visitadores. El destino de esta multa sería abastecer de ropa y otras cosas necesarias para el hospital de Moratilla[2].

 
 

1534
Moratilla

Los visitadores encontraron un hospital bien mantenido y limpio, con cinco camas. Pidieron que en un corral de su trasera se hicera un establillo para las caballerías de quienes se alojasen en el hospital. La casa del hospital estaba en la cuadrilla de Carrapeñalver, y sólo tenía como fuente de renta un cañamar en el Guindal. En poder de Miguel de Tendilla, hospitalero, y por su inventario se encontraron 28 mantas de diversas clases y calidades, 12 cabeceras, 3 almohadas de lino, diez sábanas, 5 camas con sus jergas, [un arca de madera con su cerradura, una caldera de azumbre vieja, una sartén de hierro, dos asadores, una cuchara de hierro, un candil, unas llaves, dos bancos, una artesa mala, cinco tablas para hacer una puerta. Había que añadir más mantas, cabezales, sabanas, en poder de Sebastián de Diago, mayordomo del hospital, que los guardaba en una talega.[2].

 
 

1577
Moratilla

Se había construido un nuevo cuarto "de dos suelos" desde la última visita. Los visitadores contaron hasta cuatro camas para los pobres, y les atendían un hospitalero y una hospitalera, además de que había más ropa en poder del mayordomo del hospital, Pedro Gómez. Se ordenó preparar una cocina, haciéndola a la par de los otros suelos dela casa, que debía estar en un solar en cuesta, además de preparar un corral para que pudieran salir los pobres, pues carecía de él[57].

 
 

1589
Moratilla

Estaba a cargo del hospitaler Julián Sánchez y de su hija, y el número de sus camas aumentó a seis, que estaban buenas y limpias. Se ordenaron algunas reparaciones necesarias, colocar puertas y alzar las tapias del corral[58].

 
 

1541
Pastrana

El cabildo de Todos los Santos colaboraba en mantener el hospital de Santiago. Alonso de Frutos, su mayordomo, había rendido cuentas en octubre de 1540, como examinaron los visitadores, y se comprobó que había empleado 6.480 maravedíes en reparaciones del hospital, además de los gastos de labrar y desfrutar las heredades propias del cabildo [227].

 
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El arca de las escrituras El mesón