Cofradías, Ermitas y Cabildos

Almonacid
 
 

1577

Era precaria la situación económica de la cofradía, pues en sus últimas cuentas el cargo había sido de 5.953 maravedíes, y el descargo de 8.575, con un exceso de 2.622 que hubo que repartir entres sus cien cofrades, a 26 maravedíes cada uno y faltaron 22. Los visitadores ordenaron al cabildo que moderara sus gastos en comidas y que en su lugar celebrase más misas[76].

 
 

1577

En las últimas cuentas tomadas, Alonso García de los Corrales, su mayordomo, era depositario de un alcance de 25.039 maravedíes, más las rentas obtenidas desde primero de año de 1577, que supusieron un total de 36.980 maravedíes, y el mayorodmo presentó 25.216 maravedíes de descargo, especialmente una partida de 13.600 maravedíes pagados a Bernardo de Oviedo, vecino de Cuenca, a cuenta de un retablo que estaba pintando para la ermita. Según el acta de visita de 1577, cada año se oficiaban en dicho cabildo diez misas, nueve de ellas en las nueve fiestas de Nuestra señora, y otra por el ánima de Diego Sánchez de Albalate, a cambio de un olivar que había legado a la hermandad. Por cada cofrade que fallecía se celebraba una misa, y era costumbre que cada año, el día de la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción, se ornamentase una capilla en la iglesia de Santo Domingo, la Capilla de Nuestra Señora, donde estaba su imagen, y que la sacasen en procesión. La ermita estaba en buen estado, y los visitadores no ordenaron nada sobre ella, pues la acababan de ocupar como iglesia conventual las monjas calatravas procedentes de Pinilla[80].

 
 

1577

En sus últimas cuentas el alcance al mayordomo Francisco López, había sido de 701 maravedíes. En la visita a la ermita se comprobó que estaba bien conservada, tenía puertas nuevas y una campana mediana en el campanario, "muy buena, de buen metal y sonido". Se había construido una casa junto a la ermita, con una chimenea y huerto, a la que se accedía desde la ermita. Además había una casa para el santero, con corral, cocina y dormitorio. Contaba con dos fincas de viñedos, una de hasta 200 vides junto a la ermita y casa del santero, que se ordenó cercar para que no entrasen los ganados, y otra de hasta 1.000 vides. Además tenía un huerto junto a la cercana fuente, que apenas se podía regar porque manaba poca agua. También se ordenó a Diego Pérez, que pedía dinero para la ermita y que tenía en su poder hasta catorce reales, comprar un misal romano de los nuevos porque la ermita no lo tenía[1]. Se encuentra entre las mencionadas por las Relaciones Topográficas, tres años más tarde, en 1580[2].

 
 

1577

Según la visita de 1577, la cofradía de la Veracruz organizaba una procesión de disciplinantes el Jueves Santo por la noche, el día de la Cruz de Mayo, y el de la Concepción[89].

 
 

1577

Esta cofradía tenía por costumbre decir 30 misas en los meses de julio y agosto por la salud del pueblo, y su ermita estaba bien conservada. [1] En 1580, en las Relaciones Topográficas, se explica que la fiesta de San Sebastián y la construcción de su ermita se hicieron por agradecimiento a su ayuda durante una peste padecida en Almonacid[2]. De esta cofradía se conserva documentación. Celebraba su fiesta el 23 de enero, cuando se repartían caridades y se adornaba la ermita, situada fuera de los muros de Almonacid[3].

 
 

1577

El cabildo de San Andrés se menciona en la visita de 1577[93].

 
 

1589

Se visitó la cofradía del Santísimo Sacramento [1].

 
 

1534

Sigue haciendo el reparto de sus bienes, hasta llegar a la parte que nos interesa "Dejo çerca de quarenta marcos de plata más o menos, en estas pieças que se siguen, un plato de syete marcos más o menos, dos tazones de çinco marcos, más o menos, tres tazones de dos marcos, una taza de escamas, media docena de plateles de marco y medio, media docena de escudillas, las quatro redondas, dos con orejas, un salero, dos jarros, uno dellos de más de dos marcos, el otro de marco y medio, y ocho cucharas. Y mando esta plata o su valor que se envíe a Almonesçid y la lleven mis herederos y ansí llevada o su valor, mando a los mis herederos que compren della heredades, cañamares o tierras de pan que sean perpetuas, y compradas mis herederos hagan saber al cabildo y cofrades de San Nicolás de la villa de Almonesçid deste mi testamento, a los cuales ruego y pido por merçed quieran rreçibir las heredades que ansí se compren y las arrienden como mejor vieren, en tal manera que las dichas rrentas sean para casar huérfanas, y mando que desta rrenta tome la cofradía y cabildo cada año quinientos marauedís con cargo que cada sábado acabada la misa de Santa María digan los cofrades una tiphina cantada en lugar de Salve Regina, y mando a los clérigos de la iglesia de Santo Domingo de la dicha villa, me digan cada año un aniversario el día de Santa María de la Paz, con su misa cantada, y mando que de la rrenta de las heredades tomen lo acostumbrado que se suele dar de su pitança. Yten yo dejo y tengo en oro y plata y rreales de monedas, hasta çiento e veynte mill marauedís..., y otras joyas...para cumplir lo susodicho..." Termina diciendo: "Porque esto sea firme y no venga en duda, otorgué esta carta de testamento ante el notario público y testigos yuso escriptos, fecha la carta de testamento en Sevilla, el dies y seys de febrero de mill e quatroçientos e ochenta e un años. Testigos.... "[70]. En la visita de 1572 se revisó el traslado del testamento, fechado el primero de agosto de 1487, por Hernando de Écija[71].

 
 

1551

En 1551 los visitadores comprobaron que los encargados del cabildo habían incurrido en un gran descuido y negligencia a la hora de hacer cumplir las misas que tenían la obligación de celebrar cada año, especialmente tras haber fallecido el abad o clérigo que atendía los oficios religiosos, pues se pasaron cuatro meses sin haber nombrado uno nuevo desde su muerte hasta el momento en que aparecieron los visitadores. También fueron informados de que los cofrades, el día de la fiesta de Santa María, daban ciertas limosnas y que habían nombrado ocho personas del cabildo enterradores del pueblo, que no cobraban nada por ese trabajo[85].

 
 

1577

En la visita de 1577 aparece visitada nuevamente la cofradía de Santa Catalina[94]. En sus últimas cuentas, tomadas en noviembre de 1576 a su mayordomo Diego Sánchez de Albalate, el cargo fue de 2.021 maravedíes, y el descargo de 7.275, más otras partidas de gastos que supusieron finalmente una deuda a favor del mayordomo de 4.675 maravedíes, repartidos entre 54 cofrades a raxón de 86,5 maravedíes cada uno, y todavía faltaban 4. También hubo problemas en las cuenta de la cera gastada.

 
 

1577

La ermita había sido otorgada por el concejo a las monjas calatravas, que se habían trasladado a la villa, con la obligación de reformarlo y mantenerlo. Estas monjas se habían trasladado desde San Salvador de la Pinilla, en 1576, porque estaba despoblado[87].

 
 

1577

Esta capilla se encontraba muy cerca de la ermita de la Concepción, más abajo, en el camino que iba Zorita, cuya devoción era muy popular. Al igual que la ermita también había sido otorgada por el concejo a las monjas de la Orden de Calatrava. En 1577 estaba rodeada de unas verjas de madera, con su cerradura y llave. enla visita anterior se había ordenado con un remanente que tenía esta capilla de 14.373 mrs. colocar unas verjas de hierro más altas que las que había de palo, con su cerradura, " y se pusiesen espesas para que no pudiesen entrar muchachos por entre ellas, ni subir por çima", pero como este humilladero se iba a entregar a las monjas, que habrían de encargarse de su conservación, la obra pedida tendrían que ejecutarla ellas[88].

 
 

1577

En el acta de visita del año 1577 se registra que la ermita había comprado un cáliz de plata por 4.879 mrs. y un misal romano de los nuevos de 35 reales. La ermita se situaba extramuros, junto al pueblo y se conservaba en buen estado. El documento también señala que los visitadores pasados habían ordenado que se hiciese un retablo para el altar principal de la capilla, ya que el que tenía era viejo y anticuado. En este retablo debía pintarse "de pincel" una imagen de Santa María Magdalena, con cargo al alcance de más de 7.000 maravedíes que estaban disponibles, con ayuda del concejo y de limosnas de los vecinos si fuera necesario. Se recomendaba encargarlo a un pintor que vivía en Albalate, considerado "buen maestro" y no muy grande para que no costara demasiado, ya que se trataba de una ermita muy importante para los vecinos del pueblo. Se pidió tambier comprar guardapolvos para los altares colaterales[2]. Entre las cuatro ermitas que tenía Almonacid en 1580 se menciona ésta de la Magdalena [3].

 
 

1577

Este cabildo, que no conviene confundir con el otro de Santispíritus, tuvo en sus últimas cuentas un alcance de 1.664 maravedíes, y se dieron algunas recomendaciones sobre la forma de asentar las partidas de ingresos y gasto en su libro de cuentas[76].

 
 

1589

Se visitó el cabildo de San Andrés [1].

 
 

1589

Se visitó la cofradía de Santispíritus [1].

 
 

1589

Se visitó la ermita de San Antón [1].

 
 

1589

Se visitó la cofradía de San Sebastián [1].

 
 

1534

Por los libros de cuentas sabemos que desde 1531 a 1534, dichos bienes habían rentado 14.731´5 maravedíes, con los cuales se había dotado a Catalina, hija de Pedro de Fuentes y de Catalina su mujer, y a María, hija de Alonso Fernández Peral, ambas del linaje del racionero de Sevilla, con 6.000 maravedíes a cada una; y a María, hija de Pedro de Morales, con dos ducados, para ayuda de una cama. Los visitadores fueron informados de que dicha cofradía había enviado una bula a Roma para que no les pudiera ser impetrada ni la cofradía ni sus bienes. Los visitadores les recomendaron que procurarsen hacerse con la bula lo más pronto posible, pagando lo que costase de las rentas cabildo, y que lo que sobrara lo distribuyesen en decir misas [71] .

 
 

1577

Existía ya desde 1572, cuando fue visitado, siéndolo nuevamente este año [46].

 
 

1589

Se visitó la ermita de la Magadalena, donde se representaban comedias, lo que se prohibió[1].

 
 

1589

Se visitó la cofradía de Santa Catalina [1].

 
 

1589

Se visitó el cabildo de Santispíritus o de los Trece[1].

 
 

2000

Esta ermita, denominada posteriormente de Nuestra Señora de los Desamparados, pertenecía al obispado de Cuenca hasta la reorganización territorial del siglo XIX. Fue derribada y reconstruida con motivo de la ejecución de las obras del trasvase Tajo-Segura en la década de 1970. Se celebra su fiesta el 15 de septiembre [1].

 
 

2000

Se conserva el humilladero en un estado aceptable, tras una limpieza y restauración hace algunos años. Está formado por cuatro arcos apuntados, que forman una cúpula. En su interior sobrte unas gradas permanece el tronco de la cruz, en mamol blanco que ha perdido llos brazos y nos recuerda un rolll jurisdiccional[1].

 
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