| Hueva |
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1577 |
La ermita de San Sebastián estaba a media legua de la villa, en el valle de Valdelaparra, y estaba a cargo del concejo, limpia y bien reparada. Tenía una imagen de San Sebastián, de bulto, y otras imágenes pintadas en el retablo, además de una lámpara en el altar. Sólo se recomendó acabarla de enlucir y eliminar las goteras que padecía.
En la revisión de las cuentas del cabildo, el mayordomo resultó alcanzado en 199 maravedíes, seis reses de cabrío y media libra de cera[1]. |
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1577 |
Un nuevo rollo, situado en el camino de Fuentelencina, se había comenzado a construir, y estaba concertada la obra con un maestro, que ya disponía de la piedra para hacerlo. Se levantaría sobre unas gradas, y servíría para la ejecución de la justicia[132]. |
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1577 |
La visita, concluida el día 8 de mayo de 1577, se realizó en tres días, con unos gastos de 4.611 mrs., más 306 mrs. de los derechos del escribano, que en total ascendieron a 9.121 mrs., abonados por Alonso Gómez, receptor de la villa de Hueva. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Juan Martínez de Hernán Martínez y Juan Gómez, alcaldes ordinarios; Juan Ximénez de Martín Ximénez, regidor perpetuo; Francisco Serrano regidor añal; Juasn López de Alonso López, procurador; Melchor de Valles; testigos el bachiller Brihuega y Bartolomé Moreno, vecinos de Hueva y Gabriel Lozano, vecino de Almonacid. Fue escribano Juan de Soria, y eran visitadores frey Don Juan de Haro, comendador de Belmez y frey Juan Polo, prior de Zorita, que presidían una comitiva de once personas y ocho cabalgaduras[1].
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1577 |
En la última cuenta, verificada en abril de 1577, el cargo había sido de 3.524,5 mrs. y el descargo 2.680, con un alcance de 844,5 mrs. No se dieron especiales recomendaciones[174]. |
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1577 |
En sus últimas cuentas el alcance había sido de 349 maravedíes y una libra de cera, sin ninguna novedad especial. [172] |
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1577 |
Se visitó el humilladero de la Concepción, situado fuera de la villa, junto a la fuente del Pozo, que había sido construido por Pedro Díaz de la Plaza, que además había legado en su testamento todos los bienes que poseía para mantenerlo. En este momento estaba a cargo de Pedro Martínez de Alonso Martínez, y el aspecto del humilladero era satisfactorio, pues tenía una imagen de Nuestras Señora, y la capilla estaba cerrada con buenas puertas de madera, con verjas y cerradura con llave[175].
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1589 |
La ermita de Nuestra Señora de la Concepción, situada fuera del pueblo, fundada por la devoción de Pedro Díaz, vecino de Hueva, tenía en su interior un retablo con la imagen de la Virgen, "de bulto" y otra "de pincel". Apenas estaba protegida con unas puertas que no impedían el paso al ganado a su interior, y que semandaron sustituir por otras con una reja en su parte superior para que se pudiera rezar, aparte de que había que mejorar el altar[175].
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1589 |
En la audiencia tan sólo se observó que el arancel estaba muy desgasto y apenas se podía leer, por lo que se ordenó sustituirlo. Sobre la audiencia estaba la sala de secreto del concejo. En ella había un cristo para orar. Faltaba de allí el "arca-caxón" destinado al trabajo del escribano, que se encontraba en casa del cura, y se ordenó llevar al ayuntamiento. Sin embargo, se encontró un arca con varias cerraduras donde estaban los registros y papeles de los escribanos públicos.
Había otras dos salas o "pieças", una con una chimenea, y otra a la que se accedía desde la primera, que tenía un agujero en suelo, que se "quemaba" porque hacían fuego en el cuarto bajo ella, y que se ordenó reparar[2]. |
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1589 |
El arca de tres cerraduras con el archivo del concejo se encontró en la sacristía de la parroquia. Al abrirlo se encontró todo ordenado y en legajos, entre los cuales los visitadores destacaron el privilegio de la libertad o villazgo de Hueva y el de no ser enajenada de la Orden de Calatrava, en cajas de lata. El inventario del archivo estaba bien mantenido[25]. |
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1589 |
La carnicería se mantenía en buen estado, con las mismas instalaciones que en la visita precedente[2]. |
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1589 |
Los visitadores volvieron a destacar el olmo de la plaza, con unas gradas alrededor para sentarse a la sombra, parte de las cuales estaban rotas y se ordenaron repararlas [160]. |
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1589 |
Una viuda llamada Catalina y su hija atendían el hospital, y era mayordomo Pedro de Berninches. Tenía dos camas, y ya se había pedido en la visita anterior comprar un corral para ensancharlo o mejor una casa más grande, lo que todavía no se había podido cumplir[55]. |
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1589 |
En el horno se pidió retejar su cubierta, y limpiar el corral, porque de noche se metían puercos y había muchas pulgas, habiendo de quedar limpio antes de sesenta días y evitar que se volviera a dar tal uso. No se había podido trasladar aún como se pidió en la visita anterior[137]. |
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1589 |
La calle que discurría por detrás de la iglesia, por donde se salía hacia Hontoba y a los "labrados", era estrecha y peligrosa por una cueva que había encima y se estaba desmoronando. También se pidió mejorar el suelo y hacer unos pretiles en la parte del "çierço" de la iglesia, para que por allí pudieran pasar las procesiones "a buen dosel", saliendo por una de las puertas de la iglesia, y entrando por la otra. La apertura de un paso solicitada en las casas de Alonso Escudero se había cumplido, aunque bajando por allí había un barranco que había que reparar para evitar peligro[4]. |
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1589 |
La fuente conservaba sus dos caños y el pilón, y estaba bien conservada, así como el lavadero cercano.
La fuente "el Pozo" que manaba agua buena, tenía su arca aceptable, pero el pilón estaba "ciego" (atascado), por lo que había que limpiarlo, para que corriera el agua[228]. |
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1589 |
Los "lagares de de hazer açeite" contenían las cuatro ruedas, bien conservadas, pero sólo funcionaban dos "por aver avido poco esquilmo". Los algibes par extraer aceite estaban en un cercado con las paredes bardadas, protegidos por una puerta con cerradura.
El "molino de pan moler" estaba "corriente e moliente" y se había arrendado por diez años, desde hacía tres, por 40 fanegas de trigo anuales y el molinero estaba obligado a las quiebras menores[137]. |
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1589 |
La ermita de San Roque, situada en el camino según se iba a Fuentelencina, que se comenzó a construir dos años antes, se acababa de terminar y durante la visita se estaba enluciendo su interior. Se habían gastado en la obra 40.000 maravedíes: "acabarla eis de todo punto pues es buena obra, e se tiene en esta villa con el bienventurado Santo deuoçión por ser abogado de la peste, de que esta uilla diz que fue tocada" [173]. |
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1589 |
La casa de tercia no se pudo visitar porque estaba cerrada, pues la tenía arrendada un vecino de Tendilla y estaba en posesión de la llave[82]. |
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1589 |
La ermita de San Sebastián seguía a media legua del pueblo y contenía la imagen del "bienaventurado Santo". Estaba pendiente de enlucir, y de reparar sus tejados y los poyos de su interior.
En la revisión del libro del cabildo se averiguó que tenía un fondo de 8.699 maravedíes, y se observaron algunos problemas en las últimas cuentas de los mayordomos[1]. |
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1589 |
La visita, concluida el día 14 de abril de 1589 se realizó en dos días, con unos gastos de 3.856 mrs., más 524 mrs. de los derechos del escribano,abonados por el receptor del concejo, Pedro del Prado. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Francisco López y Pedro Atienza, alcaldes ordinarios; Alonso Merchante, regidor; Martín Hernández Calvo, procurador del común; Francisco López Pintor, procurador del concejo. Fue escribano Pedro de Figueroa, y eran visitadores generales frey Don Juan Pacheco Rojas, caballero y el licenciado frey Pedro Álvarez de Covarrubias, que presidían una comitiva de doce personas y seis cabalgaduras[1].
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1589 |
Enla visita al pósito se comprobó que tenia 887 fanegas de trigo, y su receptor era acreedor al pósito de 2.467 maravedíes. El alfolí estaba situado en una cámara a la que se accedía por una escalera desde la audiencia. Dentro había un gran "golpe de trigo", unas 650 fanegas, según la estimación de los oficiales del concejo que acompañaban a los visitadores, y estaban prestadas otras 250 más o menos a los labradores para sembrar[157]. |
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1589 |
En las cuentas tomadas en 1587 el mayordomo fue alcanzado en 2.234 maravedíes[176]. |
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1589 |
En sus últimas cuentas, tomadas en 1589 había un alcance de 2.388 maravedíes, sin especiales recomendaciones[174]. |
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1589 |
Se visitó por vez primera esta limosna, pues constaba en su libro que comenzó a funcionar el 10 de spetiembre de 1579. Su mayordomo fue alcanzado en las últimas cuentas en 488 maravedíes[61]. |
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1589 |
En sus últimas cuentas ingresos y gastos fueron equivalentes, sin que hubiera ninguna circunstancia más que anotar, salvo anotar bien las cuentas y conservar los bienes del cabildo [172]. |
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