Albalate

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1499
mesón

El mesón, que pertenecía a los bienes de propios del concejo de Albalate, era pequeño y se ordenó cambiarlo de sitio, ampliar la cocina con una buena chimenea, y tenerlo siempre bien abastecido "para rresçebymiento de las gentes"[65].

 

 

1499
bodega

La casa de bodega y tercia estaba en perfecto estado, salvo la falta de unos jaraices, que los visitadores mandaron suministrar lo antes posible[65].

 

 

1499
hornos

Los visitadores anotaron la existencia de un horno de pan cocer, que necesitaba reparar un trozo de estribo y retejar su cubierta [114].

 

 

1499
molinos

En la visita se menciona que había varios molinos de aceite. [114]

 

 

1499
cámara del ayuntamiento

La cámara del ayuntamiento se encontraba en el mismo edificio que la casa de bodega y tercia[65].

 

 

1499
caminos

Los visitadores habían prohibido el paso de ganados por el Gamellón, que salía a la cuesta de don Viviente, porque se acumulaba el agua y se provocaban incomodidades a los que tenían fincas, debido a la estrechura y el barro que suponemos se acumularía. No era el único punto necesitado de mejora, pues se señaló otro en el camino de Illana, junto a las viñas de la cañada, que también era preciso empedrar o mejorar en la forma más conveniente[65].

 

 

1502
Albalate, Auñon arca de las escrituras

Los visitadores observaron que carecían el libro de cuentas, donde cada año se anotaban las mismas junto con los mandamientos dados a los visitadores. Por ello se ordenó al receptor que comprase en el plazo de quince días un libro de papel blanco, encuadernado, de pliego entero de tres o cuatro manos de papel, con sus cobertores de pergamino, para asentar las cuentas por menudo, y así poderlas examinar y mostrar al gobernador del partido[16].

 

 

1502
mesón

Las obras ordenadas en el mesón municipal en la visita previa estaban sin hacer, debido a que por la pragmática real sobre estancos y mesones, los vecinos particulares alojaban en sus casas a los forasteros, con lo cual nadie quería arrendar el mesón. Los visitadores explicaron que la pragmática se refería al caso de estancos y mesones forzosos, y no en circunstancias ordinarias, como era el caso de Albalate, ordenaron que ningún vecino hospedara gente en su casa, salvo el mesonero, que debería tener libre de puercos y gallinas el establo, con sus pesebres bien dispuestos y sin agujeros, además de ajustarse a las tarifas del arancel[66].

 

 

1502
bodega

Dos años más tarde, en la siguiente visita, los jaraíces no estaban hechos y se repitió el mandamiento relativo a su construcción. En esta visita se indica que la tercia del vino o bodega estaba situada bajo la cámara del ayuntamiento[65].

 

 

1510
mesón

El mesón necesitaba alargar su cocina y fabricarle una buena chimenea y "cazumbrar" los cimientos de sus paredes, de manera que mejorándolo también lo haría la renta municipal que se cobraba por su epxlotación. En 1510 se mantiene la situación de años anteriores, pues debía ser tanta la afluencia de forasteros que los visitadores fueron testigos de lo siguiente: "Somos informados que algunos vezinos de la dicha villa rreçiben en sus casas huéspedes de los que pasan por la dicha villa, e les llevan dineros como mesoneros, e dello a la dicha villa viene daño e perjuizio, porque la rrenta del dicho mesón se deminuye; por tanto, mandamos que de aquí adelante ningún vezino de la dicha villa no rreciba en su casa huéspedes por dinero, so pena de seysçientos marauedís para las hobras públicas de la dicha villa, pero sy quesieren rreçebir los dichos huéspedes, mandamos que los tales pongan en sus puertas tablas publicas de mesoneros, e aranzel firmado del governador destas provinçias de los derechos que an de llevar, y que no tenga en el dicho meson puercos ni gallynas ni las otras cosas que les están defendidas por ley, lo qual mandamos se pregone públicamente". [67] Por tanto, los vecinos que querían hospedar gente en su casa, debían someterse a la ley, colocando en su puerta tablas públicas de mesonero y su arancel o lista de precios autorizados.

 

 

1510
hornos

Había dos, el "horno viejo" y el "horno nuevo", que se encontraba todabvía en construcción[115].

 

 

1510
molinos

Había un molino de aceite nuevo en construcción, que los visitadores, junto con otro horno que se estaba construyendo, recomendaron concluir lo antes posible, para ennoblecer al pueblo y evitarle gastos, porque se empleaban cada año seis o siete mil maravedíes en los molineros que se hacían cargo de los molinos de aceite, debido que el agua estaba demasiado lejos. En el año 1510 los molinos de aceite tenían tres ruedas [115].

 

 

1510
guardas

Existían problemas con las nogueras, ya que éstas crecían en los olivares, con el consabido perjuicio para estos últimos. Estaba estipulado por un mandamiento dado por los antiguos visitadores que se las cortara y, a cambio, el concejo diera una pequeña compensación económica a sus dueños. Pero estas normas no habían sido respetadas, ya que el concejo había cumplido su parte, pero los dueños de los nogales no. Los visitadores ordenaron que se efectuara a rajatabla tal mandamiento: "Otrosý, por quanto fallamos por la visitación pasada que fue mandado que a todos los vecinos de la dicha villa que toviesen nogueras en los olivares e las tenían cortadas e habían tornado a brotar, que se las cortasen e arrancasen, para que no hiciesen daño en los dichos olivares, pues que el concejo se las tenía pagadas, lo qual no se ha hecho, e por ello, fuera raçón de executar las penas puestas en los dicho smandamientos de los visitadores pasados, las quales no executamos en los ofiçiales que an sydo avida consideraçión a las neçesidades de los años pasados, pero mandamos a los ofiçiales que agora soys del dicho conçejo que dentro de veynte días primeros siguientes veáis todas las nogueras que están dentro de los dichos olivares perjuizio dellos, e las que están puestas de nuevo en los solares del conçejo, que las fagáys cortar e arrancar, de manera que por ellas no se syga daño a los dichos olivares, pues que están pagadas por el dicho concejo, lo que vos mandamos que fagáys e conpláys so pena de dos mill marauedís para las hobras públicas de la dicha villa, e so la dicha pena mandamos a los ofiçiales de cada vn año, que vean los oliuares, y sy hallaren las dichas nogueras brotadas, las fagan arrancar, de manera que no puedan creçer, e de aquí adelante no consintáys poner de nuevo en los dichos olivares nogueras algunas, so pena de çient marauedís a cada uno que lo pusiere, para las hobras públicas, lo qual mandamos que se pregone públicamente porque venga a notiçia de todos e ninguno no pueda pretender ynorançia". [37] Además mandaron que todos aquellos que tuvieran nogueras, cuya sombra diera a las "haças" de algunos vecinos, perjudicándoles, les tendrían que pagar la cuarta parte de lo que produjesen las nogueras. [38]

 

 

1510
herrería

La casa de la fragua, se encontraba en el mismo edificio que la audiencia y el ayuntamiento, en perjuicio de estas últimas, y por ello se ordenó cambiar la herrería a otro lugar[39].

 

 

1510
riego

Los visitadores ordenaron que la acequia que salía de la fuente de la villa, se reparase y ahondase, para que no hiciera daño en las fincas junto a las que discurría, además de que se alzasen sus portillo y los repartidores, que cada vecino tomara el agua sin perjuicio. Se debería limpiar también todas las restantes acequias, y construir los andenes por la parte baja de las hazas, como tenían costumbre[31].

 

 

1510
hospital

El hospital estaba a cargo del cabildo de San Andrés. Los visitadores pidieron al concejo que dicho cabildo se ocupase de construir una cimenea, pues la que había estaba para caerse, y poner unas puertas en el "palacio" que estaba junto a dicha cocina. También se recomendaba poner al frente del hospital una persona que se ocupase caritativamente de los pobres[39].

 

 

1534
mesón

El 18 de septiembre de 1534, los visitadores revisaron que el mesón que se arrendaba para los propios del concejo, ordenando acondicionar la caballeriza y sus pesebreras, además de un corral, encañar la salida de aguas hasta un albañal y empedrar un callejón de acceso[68].

 

 

1534
tercia del pan

En Albalate en el acta de visita de 1534 se hace referencia a la existencia de la tercia del pan en la villa, bien conservada [157].

 

 

1534
casas y solares del concejo

En esta villa los visitadores anotaron entre las propiedades municipales una tienda que estaba alquilada y que se encontraba ubicada junto a la audiencia y una casa "que el concejo ha hecho donde solía estar la audiencia vieja y la alquila para propio del concejo" . También se menciona una tenería que se había construido por orden de los visitadores anteriores[244].

 

 

1534
calles

La falta de limpieza en la calle era una de las constantes que se registran en las actas de visita a lo largo del siglo XVI, como exponente de una situación general que afectaba a ciudades y pueblos. Las órdenes de los visitadores para corregir este problema serán repetidas constantemente en las distintas inspecciones, sin conseguirlo las más de las veces, pues hay bastantes casos que así lo demuestran. Por ejemplo, en el acta de la visita a Albalate en 1534 se informa que los vecinos acostumbraban a dejar el cáñamo granando en la calle. Esta práctica ha llegado hasta nuestros días y se hace con las legumbres, que se extienden al sol para secar las vainas y extraer las semillas. Los visitadores advirtieron también de la peligrosa costumbre de encender hogueras, imponiendo para evitarla sanciones de 100 mrs. a cada vecino que hiciera lumbre, incrementados hasta 1000 mrs. para los alcaldes que no ejecutasen este mandamiento[2].

 

 

1534
caminos

A veces los vecinos que tenían heredades que daban a los caminos, ocupaban parte de su terreno, dejándolo tan angosto, que en muchos casos apenas podían pasar por ellos una bestia cargada, como ocurría en Albalate en 1534. Además, se sacaban brazales de los requeros que atravesaban los caminos, para mejor regar así algunos cañamares, con el perjuicio que suponía para los caminantes. Los visitadores fueron a comprobar personalmente algunos de estos casos y los mandaron resolver directamente a los alcaldes, Juan Fernández Don Mateo y Alonso Fernández Trevado, para que se movieran los mojones a su sitio. El punto más angosto, en la "calleja Mingorrubio", en el camino a las aceñas de Cabanillas, se debería ensanchar de manera que pudiera pasar por allí "vna carreta o vna bestia cargada de havas que venga e otra que vaya". Los brazales de riego deberían encauzarse mediante un "çerviguero bien alto y rreçio", esto es, un canal alargado que atravesara el camino y que no dejara salir el agua por arriba. El término cerviguero hace referencia a cuello o cerviz por ser alargado y estar en alto[17].

 

 

1534
montes

Por regla general no se cumplieron fielmente estas provisiones, ya que en casi todas las actas de visita consultadas, encontramos mandamientos dados a las villas y lugares relacionados con el problema de la conservación de los montes. En Albalate, por ejemplo los montes se talban y destruían porque apenas había guardas encargados de su vigilancia, y porque no se ejecutaban las penas impuestas en las ordenanzas contra los pastores y ganaderos que cortasen ramas o desmocharan árboles[15].

 

 

1534
Organización de las cofradías

En todas las poblaciones existían varias cofradías, con frecuencia una por iglesia y ermita, bajo un santo patrón. Estaban regidas por un cabildo y sus bienes eran administrados por un mayordomo. Sus fines eran piadosos y asistenciales como se recoge en el acta de visita de Albalate, de 1534, respecto al Cabildo de la Concepción de Nuestra Señora: "Fue fundado con santo propósito y para reparo de pobres y para deçir misas y ofiçios por los defuntos" [17]. Los cofrades elegían cada año uno o dos alcaldes, que eran los encargados de determinar y librar los asuntos tocantes a la hermandad. También existían diputados y procuradores del cabildo. Los cargos eran anuales, y las personas que los servían debían ser seglares para que la jurisdicción de la Orden no sufriera menoscabo. Se regían por una serie de ordenanzas que ellos mismos confeccionaban y que debían ser aprobadas por el arzobispo de Toledo, no pudiendo gastar más dinero, o hacer otras cosas distintas de las que estuvieran establecidas en las ordenanzas. Como vemos, su organización era muy similar a la concejil.

 

 

1534
Santiago, ermita

En la visita de 1534 se menciona la ermita de Santiago, cuyo patrón era el concejo, donde se señalaron muchas obras que realizar, por su mal estado. [27].

 

 

1534
Santa María de Cubillas, ermita

Recordándose que la ermita de Santa María de Cubillas, al igual que la ermita de Santiago, también se encontraba a cargo del concejo, los visitadores elogiaron las reformas que había recibido en los últimos tiempos. Su retablo y altar "bien deçentes" habían sido completados con un órgano nuevo. Sólo faltaba hacer un inventario de sus pertenencias. Una casa también nueva para alojar al santero y a los que acudían a velar también fue motivo agradecimiento por los visitadores[30].

 
     
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