Fuentelencina

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1557
pilones fuentes y lavaderos

La fuente de Suso se encontraba aceptable, salvo limpiarla empedrar su delantera para encauzar el remanente del agua. También ordenaron que el agua de lluvia que discurría por la ladera y arrastraba cascajo y tierra hacia la fuente, se canalizase mediante un "cerviguero" o canal elevado de piedra y tierra, para que no entrara en el pilón y cayera directamente en la poza bajo la fuente. En este año los visitadores comprobaron que el lavadero, al igual que anteriormente, se encontraba sucio debido a que los vecinos que tenían huertos cercanos al mismo, hacían subir el nivel del agua para regar sus campos, ensuciando el caudal del arroyo y del lavadero. También se ordenó a un veino llamado Miguel Gómez que cortase dos de tres sauces grandes que impedían el paso junto al arroyo. En esta visita se deja constancia, además, de una nueva fuente llamada la "Fuente del Canal" que se había construido recientemente y que tenía 2 caños de hierro y un buen pilón. Junto a ella se había construido otro lavadero por lo que los visitadores mandaron que en la fuente no se lavasen ni paños ni verduras para no se ensuciase el agua [225].

 

 

1557
casas y solares del concejo

En el acta de visita de este año aparece que debido al aumento de población que se había producido, algunos vecinos habían construido casas sin licencia en solares concejiles dentro de la villa. Los visitadores aprobaron que sus moradores se quedasen con dichas casas, pero habría de exigírseles que pagaran al concejo el precio justo en que tasaran dichos solares dos buenas personas. Los visitadores estuvieron de acuerdo en que se siguieran construyendo más viviendas en otros solares de propiedad concejil, vendiéndolos previamente el ayuntamiento a quienes los pidieran[251].

 

 

1557
calles

Los visitadores se preocupaban de que las calles mantuvieran un trazado regular, recto "por su cordel", y así ordenaron al vecino Martín de Escamilla, que estaba edificando una casa en la calle que iba de la plaza a los albollones, algunas de cuyas paredes estaban más metidas, que todas se sacaran hacia la calle por igual. De la misma manera, se requirió a Juan de Ranera a eliminar un salidizo que ocupaba parte de la calle. Álvaro de Huesca y a Juan de Martín López, cuyos soportales invadían la calle pública, debían remeterlos e igualarlos con los aledaños. La escasa higiene en las calles de todos estos pueblos era la tónica general, pues en Fuentelencina, en 1557, los visitadores mandaron a los vecinos que sacaran fuera de la villa, lejos incluso de los adarves, todo el estiércol, tierra e inmundicias, en el plazo de tres días, sin multa. Pasado este tiempo, cualquiera podría denunciar a otro, con una pena de 200 maravedíes por cada carga de estiércol o tierra, la mitad para el concejo y la mitad para el denunciante. Las cuevas junto a las calles y el peligro que entrañaban huecos abiertos dio lugar a los mandamientos de los visitadores a los vecinos Juan Delgado el Viejo y Pedro Gómez clérigo para que cerrasen convenientemente sus cuevas. Se prohibió hacer hornos de yeso en el interior de la villa, por el peligro de incendio que podría acarrerar, pues muchas casas tenían "en las paredes sarmyentos e otra fusta de leña". Lógicamente, se reiteró la orden de eliminar las sarmenteras y bardas de las calles, que se empleaban como cerramiento de corrales, y sustituirlas por muros de yeso, para evitar fuegos. El empedrado no se olvidó en esta visita, y se ordenó concluir las calles que todavía no lo tenían, repartiendo los gastos de manera que los vecinos contribuyeran con el trabajo de cavar y traer la piedra y en dos tercios de los que tocase a las fachadas de sus casas, quedando el tercio restante a cargo del concejo. También se extendió la orden de pavimentación a la calle de las Tenerías, desde el molino de aceite del Carrascalejo, hasta la tenería de Diego de Toledo[3].

 

 

1557
murallas

Los adarves de Fuentelencina estaban muy mal reparados e incluso algunos vecinos habían hecho agujeros o portillos en la cerca de de la muralla, por donde entraban y salían de la villa. Los visitadores ordenaron al concejo que se cerrasen todos los huecos y portillos con muros de adobe o "tapia de tierra" de dos estados de alto, bajo pena de 2.000 maravedíes por incumplimiento, lo ante posible pero sin plazo de ejecución, para cuando tuviera posibilidad el concejo. Algunos vecinos que habían hecho portillos o agujeros grandes en la muralla para facilitar el acceso a sus casas o corrales fueron requeridos a cerrarlos en un plazo de veinte días, bajo pena de 500 maravedíes. Asimismo se ordenó reparar la portada de la Puerta de la Canal, que estaba a punto de hundirse[22].

 

 

1557
Corpus Christi, cabildo

En el año 1556 parte de la renta de sus bienes se había utilizado en hacer un retablo para la iglesia, en ayudar al concejo a pagar los servicios del rey y el rescate para que la villa no fuese enajenada. Este cabildo también se ocupaba e mantener el hospital. Tenía también una cámara donde se reunían los miembros del cabildo, y bajo ella un local arrendado al concejo de Fuentelencina para herrería, que estaba bastante mal. Respecto al molino de aceite del Carrascalejo, que también pertenecía al cabildo, sólo se observó la necesidad de ampliar su tejado, para que se cubriera la "coz de la viga". El molino de aceite del Gamellón, donde el cabildo poseía una rueda, estaba perfectamente, así como el lagar y molino de Enmedio [151].

 

 

1557
San Bartolomé, ermita

Un nuevo humilladero construido poco tiempo atrás, el de San Bartolomé, situado en el camino de Pastrana, se describe como bueno y bien reparado.[147]

 

 

1557
Nuestra Señora de Montserrat, cabildo

En el acta de visita de 1557 se menciona el cabildo de Nuestra Señora de Montserrat, cuyas cuentas se tomaron a sus priostes, Martín de Madrid y Gil Marco, que lo fueron hasta 1556. [148]

 

 

1557
hospital

Su hospital continuaba en buen estado, al cuidado del cabildo del Corpus Christi. Los visitadore ordenaron comprar una cama nueva y un colchón para colocarlo en la cámara donde dormían los sacerdotes. También consideraron conveniente elevar el techo de esa cámara, que estaba demasidado bajo. [46].

 

 

1557
San Blas, cabildo

Esta es la primera vez que aparece el cabildo de San blas, cuyas cuentas examinaron los visitadores sin especiales observaciones[150].

 

 

1557
San Nicolás, cabildo

Examinando las cuentas de este cabildo se observó que faltaba por redactar el inventario de sus bienes, habiendo varias hojas de papel en blanco al principio del libro de cuentas que esería el lugar apropiado para anotarlo[133].

 

 

1557
Santa Lucía, cabildo

Sus cuentas se examinaron sin especiales problemas[136] .

 

 

1557
audiencia

La audiencia permanecía en buen estado, salvo las armas reales, que se encontraban "muy desfloradas, que casy no se pareçen", y había que repintarlas por manos de oficial o buen maestro, incluyendo sólo las trabas junto a las cruces de la Orden, " e no pongáys ni pintéys en ellas grillos ny sogas ningunos, como agora los tenéys pintados en las armas que al presente están pintadas en la avdiençia". El arancel tambien necesitaba reponerse, así como colocar una cerradura en las puertas de la alacena que había dentro de la audiencia[132].

 

 

1557
cámara del ayuntamiento

La cámara de ayuntamiento, sobre la audiencia, y el corredor junto a ella estaban muy bien mantenidos, excepto que no se habían puesto los escaños ni la mesa para el escribano ordenados en la visita anterior, mandamiento que vuelve a reiterarse. Los oficiales del concejo de Fuentelencina pidieron y obtuvieron licencia de los visitadores para comprar una casa vecina a la cámara de ayuntamiento, que podría servir para su ensanche. Los fondos para ello podrían obtenerlos de la venta de una casa propia del concejo que se estaba construyendo en el barrio del Vallejo, y que tenía como finalidad darla a un cerrajero.[132].

 

 

1557
plaza pública

La plaza seguía siendo la "buena pieça e onrrada" de la visita anterior, y en ella estaba situado el rollo. La preocupación de los visitadores por mantener un urbanismo regular, especialmente tras la construcción del edifcio de audiencia y ayuntamiento de Fuentelencina, les llevó a requerir a Pedro Sánchez Salmerón, dueño de una casa baja en la plaza situada entre dos más altas, a que la levantase para igualarla en el plazo de medio año[2].

 

 

1557
carnicería y matadero

La reforma de la carnicería, que seguía junto a la plaza, esperaba mejores momentos en las arcas municipales, y los mandamientos de la visita anterior no se pudieron cumplir en este caso[132].

 

 

1557
hornos

Los dos hornos se mantenían, aunque a duras penas por las condiciones que los visitadores encontraron, donde se requerían reparaciones en las paredes, capillas de los hornos, tablas para amasar, etc. [131]

 

 

1557
herrería

La herrería adolecía de las mismas deficiencias observadas en la visita anterior.[132]

 

 

1557
ganado

La suciedad en los egidos de la villa parecía mantenerse desde la visita previa a ésta, repitiéndose los mismos términos y lugares que quedaban prohibidos para hacer muladares o "tender pelota de cabra". [127]

 

 

1557
molinos harineros

En el molino nuevo harinero que el concejo había construido cerca de la vega de Conchuela, "que es de cubo e muy buena pieça", sólo se señaló la necesidad de construirle una chimenea en la cocina y una puerta para la cámara donde se echaban las maquilas. Respecto al caz añadieron los visitadores: "vimos el socaz del dico molino, en el qual ay muncha tierra en las orilla dél, y estando la tierra allí podrá ser que con las aguas la tierra cayga en el socaz del dicho molino, y se çegará, que será mucha costa al conçejo tornallo a linpiar, que el rremedio para ello nos paresçió que pues agora es tiempo, que se pongan muchos sazes espesos de vna parte y otra del dicho socaz, porque prendidos los sazes no se podrá ansý caer la tierra en el dicho socaz, y demás de venyr provecho al dicho socaz, terná el conçejo aprovechamiento de los sazes para madera y leña..." El otro molino harinero era el "de Arriba", propiedad del concejo, también de una rueda y de cubo, situado en el mismo arroyo. Aunque se le calificó como "bueno e bien reparado", el molinero explicó a los visitadores que tenía goteras, y que era necesario asimismo reparar la portada con yeso y una pared situada entre la puerta y el socaz, además de las "colondas" de la cámara, que estaban despegadas. El cubo necesitaba un calafateado, para evitar pérdidas de agua y se ordenó además plantar sauces a su alrededor, marcándose un plazo de dos meses para ejecutar todas estas obras bajo 2.000 maravedíes de multa.[131]

 

 

1557
Magdalena, ermita

Esta ermita había sido reparada siguiendo las instrucciones de la visita de 1552, y por ello el concejo recibió el agradecimiento de los visitadores.[140]

 

 

1557
puentes

Los visitadores ordenaron reparar el puente de Conchuela, junto a la iglesia de ese nombre. Este puente era de cal y canto, y estaba "desportillada por partes de abaxo, hazia el rrío, e tiene neçesidad de se enpedrar y adereçar". La reforma y empedrado habría de efectuarse ensanchando la calzada para permitir el paso de animales y carros[106].

 

 

1557
caminos

Cristóbal Belmonte había modificado el camino público que iba desde Fuentelencina hacia Valdeconcha, para incluirlo en una finca de su propiedad, desplazando el trazado a un lugar que resultaba perjudicial por el barro que se acumulaba en invierno. Se ordenó restaurar el camino viejo. También se ordenó a los herederos de Hernando de Celada y al cabildo de San Nicolás reparar una acequia junto al camino de las tenerías que iba a Valdeconcha, porque perjudicaba el paso. En este mismo camino de las tenerías a la vega, el referido Cristóbal Belmonte y Alonso Guil y Coxas debían quitar un muladar [5].

 

 

1557
San Valentín, ermita

Esta ermita de San Valentín se mantenía aceptalemente, aunque por falta de medios no se habían efectuado aún las reformas ordenadas en la visita de 1552. Sin embargo, los visitadores agradecieron al concejo de Fuentelencina conservarla en buen estado[141].

 

 

1557
San Agustín, ermita

La descripción dela ermita de San Agustín se copió literalmente de la efectuada en 1552, salvo que en lugar de "rrelox de canpanillas" se anotó "rrodezno de canpanillas". Esto indica que su aspecto era satisfactorio[132].

 

 

1557
Santa María de la Paz, humilladero

Como en 1552, su estado era satisfactorio[145].

 
     
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