Hontoba

Ver texto con notas

 

 

1534
puentes

La "pontezuela que dizen del Chorrillo" y la de "al paso de la fuente", eran angostas y peligrosas, situadas en medio del pueblo suponían un gran riesgo. Se ordenó hacer de una y otra parte buenos estribos de cal y canto, hondos y anchos, que salieran una vara encima de la tierra, y sobre ellos colocar buenas tocas y tablones gruesos para asegurar el paso. En el camino del molino en el Val de Ranera, se ordenó reconstruir un puente que estaba hundido[106] .

 

 

1534
calles

La calle principal de Hueva estaba asentada sobre una rambla o "aguaduchera", que tenía además en uno de sus extremos un olmo, cuya posición desviaba el agua de la lluvia directamente hacia la plaza, ocasionando que se inundara. Los visitadores ordenaron cortar el olmo para que el agua siguiera su camino "libremente la calle abaxo sin rregolfar haçia la plaça ninguna della". El agua que llegaba a este punto se mandó divir en dos ramales, uno por la calle que iba a la fuente, y otro por la de más arriba, que salía al puente. También se ordenó liberar de basura la acequia de la calle del molino de aceite, porque al no discurrir provocaba malos olores. También se ordenó empedrar la calle que salía hacia el camino de Hueva, porque en invierno era un barrizal. En esa misma calle se ordenó encauzar una acequia que se desbordaba con frecuencia, agravando el problema[106].

 

 

1534
riego

Las acequias que discurrían valle abajo de las casas de Hontoba, precisaban una limpieza para poderse aprovechar en la irrigación de los huertos [32].

 

 

1534
caminos

Las cortes o cochiqueras que había en el camino de subida a la ermita de Santiago, además de diversos muladares, situados junto a donde pasaban las procesiones, se mandaron retirar en un plazo muy breve, de ocho días, y bajo pena de 1.000 maravedíes. Asismismo se mandó rellenar con una estacada y piedras las aguaduchera que cruzaba el camino, porque había ocasionado un barranco. Igualmente se ordenó que las vallas que delimitaban unos huertos hondos se rehicieran, para evitar caídas desde el camino que discurría a su lado. Asimismo se ordenó retirar otro muladar junto al camino que iba a la ermita de Nuestra Señora de los Llanos, pues la procesión pasba junto él[5].

 

 

1541
mesón

En la villa de Hontoba, a pesar de ser un lugar muy pasajero no había mesón, sino que cualquier vecino podía dar hospedaje en su casa cobrando la cantidad que estimase conveniente por camas y mantenimientos[71]. Los visitadores les ordenaron que quienes pusieran la tabla y el arancel para ofrecer su casa como mesón tuvieran unas tarifas y alcabala moderadas, similares a los de los mesones de pueblos cercanos, para evitar que los huéspedes no fse vieran perjudicados.

 

 

1541
pósitos

En 1541 los vecinos de Hontoba pidieron a los visitadores permiso para construir una casa de alfolí, con una dotación inicial de 300 fanegas: "Otrosý, ya sabéys cómo estando juntos vos los dichos alcaldes y rregidores y diputados y procurador y alguazil y otras personas del pueblo, dixistes que theníades trezientas fanegas de trigo, de las quales era vuestra voluntad de hacer e ynstituyr un alhorí e cámara de pósito, para que en tienpo de neçesydad esta villa e los vezinos pobres della fuesen socorridos e rremediados, que nos pedíades en nombre de su Magestad e Horden lo aprovásemos, y visto ser la obra tan santa e vuestra intinçión buena, lo ovimos por bien, e juntamente con vosotros todos vnánimes y conformes, ynstituymos la dicha cámara de pósito e hizimos hordenanças mediante las quales sepáys los ofiçiales que al presente soys y seréys de aquí adelante la horden que avéys de thener en la conservaçión e avgmento de la cámara e pan de pósito; por tanto, de parte de su Magestad e Horden os mandamos que veáys las hordenanças que quedan firmadas de nuestros nombres e de algunos de vosotros que sabíedes firmar, e las guardéys e cumpláys, según y como en ellas se contiene y so las penas en ellas contenidas; a asymismo os mandamos que compréys un libro en blanco de marca de pliego, enquadernado en pergamino donde se hagan y tomen las quentas del dicho depósito, en el cual se pongan al prinçipio dél el traslado de las dichas hordenanças, y que nombréys luego mayordomo para el dicho depósito al qual le entreguéys las trezientas fanegas de trigo" [171]

 

 

1541
religiosidad

El recordario bajo multas y cárcel de acudir a los oficios los días de precepto es constante en todas las visitas. Reproducimos aquí literalmente el que se incluyó en la visita a Hontoba en 1541, idéntico a los recibidos por otras localidaes en sus actas de visita. "Otrosý, ya sabéys, que por preceçbto de la Santa Madre Yglesya, todos los fieles christianos somos obligados a guardar y santificar los domingos y las fiestas por ella constituydos, y porque somos ynformados de la mala guarda que en esta villa ay dellas, e que munchas personas con poco themor de Dios en tanto la misa y los divinos ofiçios se dizen, se están en la plaça y andan por las calles y, lo que pero es, que se están jugando e haziendo otras cosas deshonestas; para rremedio de lo qual, de parte de su Magestad y Horden mandamos a los alcaldes que al presente soys y alos que serán de qauí adelante, que hagan pregonar públicamente que todos guarden los doingos y fiestas, so pena de dos rreales a cada vno que lo quebrantare, el vno para la fábrica de la iglesia y el otro para el reparo del hospital e probres dél; e que asymismo ninguna persona esté en la plaça ni por las calles los domingos ni fiestas en tanto que se dixere la misa y los divinos ofiçios, so pena de un rreal a cada vno, e que esté aquel día en la cárçel y para que esto se execute manden, y por el presente mandamos a los alguaziles desta villa que salgan a la plaça y a las calles en los tales días e los hagan a todos ir a misa, y los que no quisieren yr, los lleve a la cárçel, y no salgan de allí hasta que paguen un rreal de la dicha pena, la mitad para el alguazil, y la otra mitad para la çera del Santo Sacramento, y mandamos al carniçero o cortador que en los tales días domingos y fiestas enpieçe a pesar muy de mañana por que cuando tañeren a misa, todos hayan tomado carne, y él y ellos vayan a ella, so pena de un rreal por cada vez que el dicho cortador fuere contra este nuestro mandamiento, aplicado según de suso". [4]

 

 

1541
religiosidad

Algunos vecinos mantenían la misma actitud irrespetuosa hacia la celebración de oficios religiosos: "Otrosý, por vn mandamiento de los visytadores pasados paresçió que se avía mandado que ninguna persona fuese osado de subir a la tribuna de la yglesya, porque no subían sino a estorvar los ofiçios, e a rreir, burlar y profanar el templo de Dios, y asimismo que no hiziesen danças ni juegos en la yglesia, ni jugasen a la pelota en el portal della, lo qual diz que no se ha cunplido ni guardado; por tanto, mandamos a vos los alcaldes que lo hagáis tornar a pregonar, y executéys las penas contenidas en el dicho mandamiento, so pena de cada dos mill marauedís para la Cámara y fisco de Su Magestad" [11] .

 

 

1541
Valdeconcha, Hontoba hospital

También existía en ciertas poblaciones un mayordomo del hospital, que debía ocuparse de visitarlo, llevar las cuentas, y supervisar el inventario de las ropas y pertrechos. Generalmente el hospital estaba a cargo del concejo o de algún cabildo de la villa, que debían procurar que estuviera bien provisto de todo lo necesario. ¿Realmente lo estaba? Hay muchos casos en que sí, otros que no tanto y, a veces, llegaron a detectarse incluso algunos fraudes. Cuando los visitadores examinaban los inventarios observaban que normalmente no se recogía todo lo que poseía el hospital, bien por negligencia de los que estaban al cargo, o por otros motivos, como ocurría en Valdeconcha [35], donde según el inventario debería haber tres camas, pero sólo se encontraron dos. O en Hontoba: "...Y porque no hallamos más de dos camas y mal pobladas de ropa, según nos parece por el inventario que está en el libro, hagáys que se adereçen las camas y bien, y se ponga otra para clérigos en una de las cámaras de arriba..." [36].

 

 

1541
reuniones del ayuntamiento, concejo abierto

En Hontoba los visitadores ordenaron que los oficiales del concejo se reunieran todos los lunes, porque solamente lo hacían en las ocasiones en que eran convocados "a campana tañida", sin fecha fija, en concejo abierto, al que podía acudir todo el vecindario. Aunque no tuvieran temas que tratar, los capitulares no podían dejar pasar una semana sin juntarse, y solamente acudirían a estos ayuntamientos los alcaldes, regidores, diputados, alguacil, asistidos por el escribano que se encargaría de asentar los debates en un "libro de relaciones". La asistencia era obligatoria para los capitulares, incurriendo en pena de un real el que faltara sin motivo justificado[11]. Los oficiales del concejo dedicaban parte de sus reuniones a examinar las cuentas de los cogedores, y las penas que ponían las "guardas". [12]

 

 

1541
audiencia, cámara de ayuntamiento

La audiencia de Hontoba había sido reparada tras la última visita, y se encontraba en perfecto estado, con las armas reales y de Calatrava pintadas y el arancel colocado en sitio visible. La cámara de ayuntamiento, situada sobre la audiencia, también había sido objeto de alguna reforma, pero se observaban daños en una pared, debido a que la acequia que corría junto a sus cimientos no había sido desviada, tal como se dispuso en la visita previa a ésta. Para evitar el peligro de que se viniera abajo, los visitadores ordenaron requerir a los dueños de los huertos cercanos para que vendiesen las fincas colindantes con el edificio que daba asiento a las reuniones del concejo. Una vez en propiedad del municipio, esos solares se aplicarían para hacer un corral de servicio para la carnicería y matadero, establecimiento que continuaba situado también junto al edificio del ayuntamiento, o para la herrería. Insistieron en que debería trasladarse el curso de la acequia para evitar que el agua siguiera carcomiendo las paredes de la sede municipal[2].

 

 

1541
hospital

El hospital de Hontoba, a cargo de su concejo, había sido reparado desde la visita anterior, pero sus suelos estaban sin allanar, y había que cerrar el corral para que pudieran salir allí los pobres acogidos. Contaba solamente con dos camas en no muy buenas condiciones, pero como existía ropa suficiente según su inventario, los visitadores ordenaron a los regidores que se mejorasen ambas y que se preparase otra más para un clérigo, colocándola en una de las cámaras de la planta alta[1].

 

 

1541
bodega, tinajas

En esta visita encontramos un claro ejemplo del aumento de la producción, pues había que ensanchar la "bodega e casa terçia" del conçejo incorporando una bodega colindante, tras comprarla a sus dueños y ampliar el número de sus tinajas, que vemos ya habían aumentado en una más, a un total de veinte, respecto a la visita de 1534: "...y se conpren quinientas arrovas de vasijas de buenas tenajas, porque no tiene syno veynte tenajas que podria caber hasta seteçientas y çinquenta arrobas, y ha habido este presente año falta de vasijas por el muncho fruto que ovo y se espera que lo abrá adelante"[79]

 

 

1541
herrería

Situada junto a la carnicería, en el edificio de la audiencia y ayuntamiento, la herrería estaba descuidada y sin servicio, pese a contar con "todo el aparejo de fuelles e otras cosas", por lo que se recomendó buscar un herrero lo antes posible para atender las necesidades del pueblo [86].

 

 

1541
construcción y explotación de los molinos

Las noticias que aparecen en las visitas, sobre la construcción de nuevos molinos son una prueba para estimar el crecimiento de la producción. En Hontoba, en 1541 debido al aumento de olivares era necesario añadir otra rueda al molino de aceite, que ya tenía dos, para lo cual habría que "desenvolver" el edificio para aumentar su capacidad[106].

 

 

1541
construcción y explotación de los molinos

El molino harinero, que formaba parte de los propios municipales, estaba situado "abajo de la dehesa de los Caballos", y su única rueda estaba movida por un rodezno. Una caballeriza a un lado, por la parte de abajo, del ancho del molino y un puente de madera, para atravesar el arroyo, que se habían mandado construir en 1534 seguían sin hacer. Aprovechando la necesidad de estas obras, los visitadores recomendaron que se elevase el caz del molino, a fin de que se pudiera obtener más fuerza y duplicar con ello la capacidad de molienda de la única piedra que tenía. El caz debería ser encargado a un maestro especializado, que lo hiciera de piedra y bien cimentado, colocando el ladrón o toma de agua desde el cauce donde le pareciera más oportuno: "... e porque el dicho molino es buena pieça y nos paresçió que alçándole el cabz ternía más hexido e molería doblado de lo que muele, de parte de su Magestad vos mandamos que hagáys que el dicho cabz se alçe todo lo que sufriere alçarse, y se haga de cal y canto enlosdo el suelo dél, haziendole su ladrón en la parte que al maestro que lo hiziere le paresçiere, el qual llamad y sea el mejor que halláredes en la tierra, porque lo que en ello se gastare sea bien y perfectamente fecho y durable, lo qual hazed de los propios del conçejo lo más brevemente que pudiéredes pues la obra será en utilidad y provecho dél"[106].

 

 

1541
carnicería

Seguía situada en el mismo edificio del ayuntamiento y audiencia, en una parte de la planta baja, y salvo un enlucido de la pared en torno al tajón, sólo precisaba un corral, que los visitadores sugirieron que se hicera en los huertos situados junto al edificio[86].

 

 

1541
Hontoba, Escariche tercia del pan

La tercia del pan en Hontoba y en Escariche estaban ubicadas en la cámara encima del hospital. En el primer caso se accedía a ella por calle situada a las espaldas de la puerta del hospital[158].

 

 

1541
pilones fuentes y lavaderos

Según describieron los visitadores, el "pilar" y fuente donde abrevaban los ganados mayores se encontraba en perfecto estado, según se describe: "está buen y bien rreparado y fecho en él el espaldar de cal y canto, con su lomo de piedra". Pero la obra principal se había realizado en el nacimiento del agua que abastecía el pilón. Los visitadores observaron que el aljibe o arca construido junto al venero se había agrandado, y se había colocado allí un caño para que los vecinos pudieran abastecerse de agua limpia directamente, y no en el pilón, como antes ocurría. Se había encauzado convenientemente el agua con un canal de madera para evitar que se ensuciase, e incluso se había empedrado el camino entre el pueblo y el nacimiento de agua, por lo que los visitadores felicitaron y agradecieron su esfuerzo a las autoridades locales de Hontoba[86].

 

 

1541
puentes

En el camino que se dirigía desde las casas de Hontoba hacia el molino, los visitadores creyeron conveniente construir un puente en el Val de Ranera, sobre el arroyo, dotado de una toma de agua para riego: "..haçiendo un pedaço de cal y canto en la madre del dicho arroyo que en él quede un ladrón para que quando quisieren echar el agua para rregar las tierras de la vega lo puedan hazer". El puente estaba en un lugar muy pasajero, tanto por dirigirse al molino, como por ser una parte del camino real que se dirigía hacia Alcalá de Henares. Se informaba, además que se había construido un humilladero en aquel sitio poco tiampo atrás, y que el puente facilitaría el acceso a quienes acudían a rezar. En otros dos pontezuelos, "la vna que dizen del Chorrillo y la otra al paso de la fuente", no se habían reforzado su estribos o cepas para asentar en ellos las maderas y tierra que permitiesen un paso más ancho del que permitían, reforma que ya había sido ordenada en la visita anterior y que ahora se reitera[106] .

 

 

1541
Santiago, ermita

Muy bien conservada, a juicio de los visitadores, la ermita de Santiago tenía en su interior un altar pintado, con un retablo sobre él también pintado con las imágenes de Santiago, San Sebastián y San Roque. Sin embargo, recomendaron que se le hiciera un zaquizamí de madera desde la primera viga hasta el hastial donde se situaba el altar para evitar que cayese tierra o suciedad sobre él, "...e sea de muy buenas tablas çepilladas y sus çintas en las juntas". También parecía conveniente alargar la ermita, algo pequeña, y "...que delante de la puerta se haga un colgadizo sobre dos pilares de yeso por el hostago del agua que daña las puertas y el hastial, y porque debaxo dél pueda estar gente para que vea misa quando allí se dixere". Para ayuda en estas obras, al carecer de bienes la ermita, se aplicarían algunas penas que impusiera el concejo de Hontoba, y se encargaría a dos vecinos pedir limosna [106].

 

 

1541
calles

La calle que iba a dar al camino de Hueva requería un empedrado urgente y que se canalizase por los laterales el agua que discurría por ella y la convertía en un lodazal intransitable con las lluvias del invierno. Los visitadores indicaron incluso el lugar por donde el agua había de cruzar de una a otra parte de la calle. También observaron los visitadores que los propietarios de las cuevas próximas a una "aguaduchera que nos mostrástedes que baxa del hero el Quemado y viene a dar a la calle Nueva", amontonaban la tierra extraída de las cuevas en esta rambla, y las lluvias la arrastraban hacia la calle, con el perjuicio de los vecinos. En consecuencia, se mandó limpiar aquel barranco. También había peligro en unos huertos hondos que se situaban a la salida del pueblo, en dirección a Alcalá, cuyos propietarios fueron requeridos a elevar unas tapias para evitar caídas[106].

 

 

1541
montes

En las visitas anteriores se había dispuesto que el carbón sólo podía elaborarse desde San Andrés hasta finales de marzo, siendo este plazo demasiado corto, por lo que se extendió incluyendo los dos meses del otoño. Esta ampliación fue aprobada por los visitadores con la condición de que los vecinos sólo pudieran tomar la leña de sus propias fincas de viñas y olivares, "yendo puesta a rreo y por horden de los visos abaxo, que es dende la dehesa de Val de la Çarça, hasta el Vallejo Hondo y que tanpoco se haga de la Fuente Bermeja arriba, porque es en perjuyzio de la dehesa de Val de la Çarça". Además, el carbón debería destinarse sólo al uso propio de los vecinos "para quemar en sus casas" y no a la venta[106].

 

 

1541

Al menos uno de los alcaldes y un regidor deberían permenecer presentes siempre en el pueblo, para evitar abusos o faltas contra las leyes cometidas al amparo de la ausencia de autoridades. Así lo recomendaron los visitadores en Hontoba. Los alcaldes, al impartir justicia, habrían de mostrarse siempre ecuánimes e imparciales, y aplicar sólo los gastos regulados en el arancel real[106].

 

 

1541
calles

La descripción de la higiene en algunos lugares públicos dejaba bastante que desear: "...en las calles desta villa vimos ... e en las açequias estiércol y orujo y perros muertos, y otras ynmundiçias que para conservaçión de la salud no convienen, porque de el mal olor de aquellas cosas se suelen engendrar enfermedades y pestilençia..." Se impuso un plazo de diez días para limpiar aquellas basuras y se reguló una multa de 200 maravedíes a quien volviera a dejarlas en calles o acequias[106].

 
     
...leer el texto anterior continuar leyendo el texto...