Ver texto con notas

Esta fiesta fue instituida en 1311 para conmemorar el triunfante Jesús-Hostia, frente al recogimiento del Jueves Santo. Es el gran día de la Comunión. Se celebra dos jueves después de la Pascua de Pentecostés, que, a su vez, tiene lugar 50 días más tarde que la Pascua de Resurrección.

1534

Cuando los visitadores revisaron los libros de cuentas del cabildo, advirtieron que algunos cofrades por iniciativa propia usaban indebidamente el dinero de la cofradía en correr dos toros y en preparar grandes festines, cuando se debía gastar en misas, limosnas y obras pías. Los visitadores prohibieron las corridas de toros y ordenaron a los alcaldes, mayordomos y oficiales del cabildo que no empleasen el dinero en comidas y bebidas, salvo cuando se reunieran para tomar las cuentas unos oficiales a otros, advirtiéndoles que ese día sólo podían gastar 500 mrs. en la comida. Se dispuso también organizar una misa el jueves anto, el día de la natividad de Nuestra Señora, el de la Purificación y el de la Asunción, pagando 20 maravedíesa al capellán, cinco al sacristán y la cera que se gastase. El resto del dinero disponibles se debería emplear en hacer un palio "de damasco de colores y flocaduras " para llevar el Santo Sacramento. El cabildo poseía los siguientes bienes: una casa con bodega donde había tres tinajas, dos de 30 arrobas y una de 25; un horno de poya; dos viñas, unas olivas, y dos tierras [53].

1518

Cuando los visitadores revisaron los libros de cuentas de Miguel Lozano, vecino de Auñón y mayordomo de las Bulas del Corpus Christi, observaron que se habían tomado 594 bulas, desde que fueron predicadas, a 19 mrs. cada una, sumando un total de 11.314 maravedíes, de los que había gastado 3.280,5 maravedíes en comprar un paño para el Santísimo y ponerle una barrera delante. Carecía de libro de cuentas, y se mandó comprar uno. Además, hallaron que en dichas cuentas se habían entrometido los vicarios y jueces del arzobispo de Toledo. Ante tal abuso, los visitadores ordenaron que si lo volvían a intentar, se lo comunicasen al gobernador o a su lugarteniente, para que no lo permitieran. [98]

1556

El cabildo del Corpus Christi tenía sus cuentas tomadas hasta 16 de junio de 1555 a Miguel Sánchez Vaquero y Alonso López del Olmo, con un alcance de 180 maravedíes a favor del cabildo. [106]

1518

Los visitadores fueron informados que el concejo de la villa tenía una deuda de 500 mrs. con el cabildo, que éste le había prestado para ciertos pleitos, que junto al alcance de las anteriores cuentas sumaba un cargo de 1.425'5 maravedíes. También advirtieron que no tenía un libro en el que asentar las cuentas, por lo que los visitadores ordenaron que lo compraran [111].

1534

En 1534, el cabildo aún no tenía el libro de cuentas. Además sólo recibía de renta lo que le daban los cofrades. Los visitadores observaron que esta hermandad había adquirido mejores costumbres en los últimos años, ya que ahora utilizaba el dinero que sobraba en reparar la iglesia, en vez de gastarselo en comidas y bebidas[113].

1557

En sus cuentas tomadas en junio de 1556 hubo un cargo de 5.100 maravedíes, y el gasto de 3.392[113].

1552

Este cabildo contaba con importantes fuentes de ingresos, a tenor del "alcance" de sus cuentas en 1551, que había ascendido a 38.176 maravedíes, 3 fanegas de trigo y 50 cántaros y 23 libras y media de aceite, y 3 cántaros de vino. Era su prioste Pedro de Hontoba, y el abad del cabildo era Rodrigo de Rengel, cura de la villa de Fuentelencina. De dicha cantidad se dedicaron 30.000 maravedíes para ayuda al retablo que se hacía en la iglesia parroquial, como parte del compromiso que había adquirido el cabildo del Corpus Christi en contribuir con 500 ducados, de los que quedaban por entregar sólo 19.000: "...de todo lo qual se a thenido y tiene cuenta con el dicho cura y el rretablo es muy linda pieça y lleva mucha obra, avnque no está dorado, y por ello en nonbre de su Magestad e Horden vos doy muchas graçias e vos encargo que pues el dicho cabildo tiene buena rrenta os esforçéys a semejantes obras como he sydo ynformado, e paresçe por las dichas quentas que se a fecho y hazen ansý en la yglesia como con las hermitas y hospital desta villa, y aún con el conçejo para ayuda a pagar serviçios a su Magestad y otras cosas que se le ofresçen en benefiçio de la rrepública, que todo ello a seýdo y es muy bien fecho, y dado ygastado, y por tal en su nonbre de su Magestad e Horden lo apruevo y doy por buenas las dichas cuentas". El cabildo del Corpus Christi tenía a su cargo el hospital de San Benito, y además poseía dos molinos de aceite y un molino lagar. En la visita se examinó la cámara grande propia del cabildo, bajo la cual había dos habitaciones, una donde se guardaba el aceite de los molinos del cabilo , y otra en la que había una fragua, dada a un cerrajero que trabajaba con licencia del concejo[139]

1557

En el año 1556 parte de la renta de sus bienes se había utilizado en hacer un retablo para la iglesia, en ayudar al concejo a pagar los servicios del rey y el rescate para que la villa no fuese enajenada. Este cabildo también se ocupaba e mantener el hospital. Tenía también una cámara donde se reunían los miembros del cabildo, y bajo ella un local arrendado al concejo de Fuentelencina para herrería, que estaba bastante mal. Respecto al molino de aceite del Carrascalejo, que también pertenecía al cabildo, sólo se observó la necesidad de ampliar su tejado, para que se cubriera la "coz de la viga". El molino de aceite del Gamellón, donde el cabildo poseía una rueda, estaba perfectamente, así como el lagar y molino de Enmedio [151].

1573

Al tomar las cuentas del último año, 1572, el alcance era de 43.749,5 maravedís. De este cabildo dependía el hospital. Tenía además este hospital una cámara grande cerca del hospital, bajo la cual estaba una de las herrerías y una casilla donde se almacenaba el aceite de los molinos propios del cabildo, que estaba vieja y maltratada, por lo que se ordenó derribarla y volverla a hacer, cuando se hubiera cubierto el gasto que el cabilo tenía por acabar de hacer un molino de aceite. El molino de aceite de "enmedio", propio del cabildo, tenía dos ruedas y estaba bien conservado. También se visitó el molino del Gamellón[151].

1577

En las últimas cuentas se comprobó que los ingresos y gastos eran equivalentes, y quedaba por pagar a la iglesia de Fuentelencina una deuda de 12.091 maravedís que había prestado para acabar de pagar un censo que contrajo el cabildo. Mantenía el hospital de la villa. Contaba además con una cámara grande junto al hospital, y a la herrería, y a una casilla donde guardaban el aceite de los molinos propios del cabildo, con algunas goteras que había que subsanar. El molino de aceite de "enmedio", propio del cabildo, conservaba sus dos ruedas y estaba bien conservado, aunque una de las ruedas era muy pequeña y se recomendó cambiarla por otra buena cuando hubiera posibilidad. Mientras tanto había que resolver los problemas en el tejado de este molino. Se visitó el "molino nuevo", que se acababa de instalar, con tres ruedas, más otra pendiente de instalar, pues había una viga muy buena de noguera junto a la casa para ello. Era muy buen edificio, hecho de cal y canto, y los visitadores felicitaron al cabildo por su construcción, recomendando que se instalase la cuarta rueda en cuanto hubiera posibilidad El molino del Gamellón también era del cabildo, de una rueda, bien conservado, salvo el tejado que había de ser repasado. Finalmente se inspeccionó el molino del Carrascalejo, que tenía tres ruedas funcionando, aunque necesitaba algunas pequeñas obras [151].

1589

En sus últimas cuentas, de 1588, el cargo ascendió a 495.574,5 maravedíes, y el gasto de 494.919,5 con un alcance de 645 mrs. a sus priostes, Francisco Rodríguez y Francisco Moral. El cabildo había contraído un censo de 35.000 maravedíes de principal, a 14.000 el millar, en favor de García de Pareja, vecino de Fuentelencina, que los visitadores ordenaron redimir en cuanto hubiera dinero disponible. Continuaba este cabildo ocupándose del hospital . Además del éste se visitó la cámara en que se reunía el cabildo, situada junto al hospital, donde había que repasar su tejado. Contaba este cabildo con los molinos de aciete de Fuentelencina, diez ruedas en total. En el molino de Enmedio se encontraron dos ruedas con sus vigas, en perfecto estado. En el de Carrascalejo había tres ruedas, y estaba en funcionamiento, sin necesidad alguna. En el molino nuevo trabajaban sus cuatro ruedas obteniendo aceite, y una de ellas se había colocado tras la última visita. También se encontraba en buen estado el molino del Gamellón, de una rueda, salvo colocar una tapia para evitar las caídas a un pozo abierto, en el que habían sucedido algunas desgracias[151].

1541

El cabildo del Corpus Christi apenas tenía actividad, pues desde 1537, cuando sus últimas cuentas se tomaron a los mayordomos Miguel Sáchez de Fuentelencina y Francisco Medel, no se habían hecho gastos y por ello los visitadores no vieron asiento alguno en su libro[228].

1518

Al examinar las cuentas del cabildo, los visitadores advirtieron que carecía de propios, salvo los repartimentos que hacían los cofrades, tampoco tenían un libro donde asentar las cuentas. Por ello, ordenaron que se comprase dicho libro. [243]

1534

En 1534 aún no disponían de un libro de cuentas. [244]

1541

Unos años más tarde las cuentas sí se tomaban, pero en hojas sueltas y no en un libro encuadernado[9]

1552

Se revisaron sus cuentas en esta ocasión, sin especiales problemas que reseñar[9]