Ver texto con notas

Nicolás de Bari. Siglo III. Su festividad se celebra el 6 de diciembre o el 9 de mayo. Entre sus milagros cabe destacar la calma de tempestades salvando a los marineros del naufragio y la resurreción de jóvenes asesinados.

1534

El cabildo de San Nicolás y sus cuentas se visitaron en 1534 por vez primera desde la visita anterior en 1518[35].

1541

Las cuentas de este cabildo fueron revisadas[37].

1555

Según el acta de visita de 1555, el cabildo de San Nicolás había celebrado 44 misas los sábados, y se habían pagado a los clérigos que las habían oficiado, 884 mrs., más 546 que se había gastado en cera. Además, dicho cabildo tenía la obligación de decir un aniversario por el alma de Diego Fernández Miguel. El alcance de sus últimas cuentas había sido de 471,5 maravedíes[37].

1555

En el año 1555 se celebraba todos los sábados una misa a Nuestra Señora, estando obligados los cofrades a acudir vestidos con sus sobrepellizas[36].

1534

Según el acta de visita del año 1534, el cabildo de San Nicolás poseía tres viñas, 34 pies de olivas y una tierra [60].

1518

El cabildo de San Nicolás se menciona en el acta de 1518, y se ordenó que impidieran la visita a los enviados del arzobispo de Toledo, que no tenían derecho a hacerlo[64] .

1516

El cabildo de San Nicolás también fue visitado[71].

1534

Las primeras noticias sobre este cabildo aparecen en el acta de visita de 1534. [69] Juan Fernández de Almonacid, racionero de la catedral de Sevilla, había dejado en su testamento ciertos bienes a esta cofradía, para que con las rentas de los mismos se celebrasen ciertos oficios y misas, y lo que sobrara se distribuyera en casar huérfanas. Se conserva un traslado de dicho testamento, en el que se puede examinar en qué consistía su legado: "...Quiero que sepan todos cuantos esta carta de testamento vieren como yo, Juan Fernández de Almonesçid, raçionero en la Santa Iglesia de Sevilla, estando sano del cuerpo y sano de la voluntad y en mi propio juicio y entendimiento..., otorgo e conosco que hago e ordeno este mi testamento e postrimera voluntad por descargo de mi conciencia e salvamento de mi ánima e por mis herederos e bienes... Mando que entierren mi cuerpo dentro en la Iglesia Mayor de Sevilla, donde yo soy benefiçiado, dentro en la capilla de los arzobispos en la sepultura donde está enterrado mi tío Pedro Fernández de Almonesçid, y mando que abran su sepultura y sea más honda un palmo, e después entren mi cuerpo enterrado, mando a los clérigos de la veyntena que tomen de mi haçienda y la hagan solar con sus cosas e escriban en las dichas cosas unas letras grandes que digan aquí yace Pedro Fernández de Almonesçid, canónigo que fue en esta Santa Iglesia, y Juan fernández de Almonesçid, racionero, su sobrino, cuyas ánimas dios aya, e mando a la fábrica de la Iglesia de Sevilla 10.000 mrs. o más, por ganar los perdones 50 mrs., e mando a las Ordenes de Santa María de la Merced e de la Trinidad para ayuda de la redención de los cautivos que están en tierra de moros, enemigos de nuestra santa fe católica, y a cada una de las Ordenes 10 mrs., y mando a los enfermos de San Lázaro, que es fuera y cerca de los muros de la ciudad 10 mrs., e mando a la Cruçada 10 mrs..."

1534

Sigue haciendo el reparto de sus bienes, hasta llegar a la parte que nos interesa "Dejo çerca de quarenta marcos de plata más o menos, en estas pieças que se siguen, un plato de syete marcos más o menos, dos tazones de çinco marcos, más o menos, tres tazones de dos marcos, una taza de escamas, media docena de plateles de marco y medio, media docena de escudillas, las quatro redondas, dos con orejas, un salero, dos jarros, uno dellos de más de dos marcos, el otro de marco y medio, y ocho cucharas. Y mando esta plata o su valor que se envíe a Almonesçid y la lleven mis herederos y ansí llevada o su valor, mando a los mis herederos que compren della heredades, cañamares o tierras de pan que sean perpetuas, y compradas mis herederos hagan saber al cabildo y cofrades de San Nicolás de la villa de Almonesçid deste mi testamento, a los cuales ruego y pido por merçed quieran rreçibir las heredades que ansí se compren y las arrienden como mejor vieren, en tal manera que las dichas rrentas sean para casar huérfanas, y mando que desta rrenta tome la cofradía y cabildo cada año quinientos marauedís con cargo que cada sábado acabada la misa de Santa María digan los cofrades una tiphina cantada en lugar de Salve Regina, y mando a los clérigos de la iglesia de Santo Domingo de la dicha villa, me digan cada año un aniversario el día de Santa María de la Paz, con su misa cantada, y mando que de la rrenta de las heredades tomen lo acostumbrado que se suele dar de su pitança. Yten yo dejo y tengo en oro y plata y rreales de monedas, hasta çiento e veynte mill marauedís..., y otras joyas...para cumplir lo susodicho..." Termina diciendo: "Porque esto sea firme y no venga en duda, otorgué esta carta de testamento ante el notario público y testigos yuso escriptos, fecha la carta de testamento en Sevilla, el dies y seys de febrero de mill e quatroçientos e ochenta e un años. Testigos.... "[70]. En la visita de 1572 se revisó el traslado del testamento, fechado el primero de agosto de 1487, por Hernando de Écija[71].

1534

Por los libros de cuentas sabemos que desde 1531 a 1534, dichos bienes habían rentado 14.731´5 maravedíes, con los cuales se había dotado a Catalina, hija de Pedro de Fuentes y de Catalina su mujer, y a María, hija de Alonso Fernández Peral, ambas del linaje del racionero de Sevilla, con 6.000 maravedíes a cada una; y a María, hija de Pedro de Morales, con dos ducados, para ayuda de una cama. Los visitadores fueron informados de que dicha cofradía había enviado una bula a Roma para que no les pudiera ser impetrada ni la cofradía ni sus bienes. Los visitadores les recomendaron que procurarsen hacerse con la bula lo más pronto posible, pagando lo que costase de las rentas cabildo, y que lo que sobrara lo distribuyesen en decir misas [71] .

1572

Tras repetirse las cláusulas del testamento del racionero de Sevilla Juan Fernández de Almonacid, se revisaron las cuentas de este cabildo. Las últimas hasta 1572 fueron tomadas a Juan de Soria y a su yerno Gabriel Lozano, en su ausencia, que fue alcanzado en 17.854 mrs. Dicho importe habría de abonarse a Ana Romera -hija de Pedro Romero herrero-, y a Francisco Anguijero, su marido, porque no había otra pariente del racionero más próxima que hubiera solicitado la ayuda para su boda. Los visitadores aprobaron también que se hubiera anotado en el libro de cuentas de esta memoria el inventario detallado de todos sus bienes, como se ordenó en la última visita. Se cobraron dos reales por los derechos de esta visita de 1572[69].

1577

Según el acta de visita de 1577, el cabildo de San Nicolás cumplía bien las ordenanzas, pese a que había opiniones entre sus cofrades en que alguna de las cuatro comidas que celebraban anualmente debería suprimirse. Así pues, todos los sábados se celebraba una misa cantada a Nuestra Señora por los cofrades vivos y muertos, con diácono y subdiácono, a la que se debía acudir con las sobrepellizas. Tambíen se utlizaba este tipo de atuendo en las "ledanías"[73] y en otras fiestas; incluso era frecuente que cuando algún cofrade moría se le enterrase con su sobrepelliza. Además los cofrades clérigos estaban obligados a oficiar una misa cada uno, y los legos a rezar siete salmos penitenciales o 50 veces el Pater Noster, por el cofrade muerto[74]. También se visitó por separado la dotación que dejó Juan Fernández de Almonacid, racionero de Sevilla, para casar huérfanas. En las últimas cuentas, tomadas en diciembre de 1576, Juan Hernández de Nicolás, su mayordomo, había acumulado 15.218 maravedíes, que se entregaron a Luisa, hija de diego de Alcocer, y a su marido Juan García Ralero, como pariente más antigua del fundador de la memoria, y la que tenía más antigüedad en las peticiones de ayuda.

1589

Se visitó nuevamente el cabildo de San Nicolás[1].

1556

En la visita de 1556 se veron las cuentas del cabildo de San Nicolás, tomadas a sus mayordomos, Alonso Hernández Herrero y Alonso Martínez Rubio, hasta San Nicolás de 1555, cuyo cargo eran 17.627,5 maravedíes, y gasto de 14.086,5, resultando un alocance de 3.541 [104].

1518

Según la visita de 1518 el cabildo poseía muchos cañamares y viñas, bienes que habían donado al morir algunos cofrades para que se celebrasen misas por sus almas, y entre ingresos y remanente desde diciembre del año anterior, 1517, se habían recogido 1.234,5 maravedíes. En el inventario de sus bienes, cuyas rentas se estimaron en poco más de 520 maravedíes anuales, se anotaron 27 diferentes fincas, de viñas, cañamares, "posesiones", algunas mixtas de viñas y nogueras, e incluso casas en el pueblo que habían sido legadas al cabildo por sus proietarios a cambio de misas por sus almas. Los parajes donde se situaban informan de la toponimia próxima a Berninches: "Haza el Moro", "Las Fuentes", "Las Peñuelas", "El Valle Espinoso", "El Collado", " en la presa del molino harinero" , "en el Alcarria, en el Navajo de la Cruz", "Vallejo de Carraguadalajara", "en Carrafuentelenzina", "Val de la Golosa", "el Prado de los Caballos", "Los Perales del Collado", "en Carrauñón", "en el molino caído"[108].

1534

El cabildo se llevaba sin libro alguno para sus cuentas y aparte de que que comprase, slos visitadores insistieron en que sus fondos se empleasen en oficios religiosos[108].

1557

En sus últimas cuentas, tomadas a Juan Sánchez Dombriz el mozo y Hernán Sánchez del Abad, sus mayordomos en diciembre de 1556, el cargo fue de 5.910,5 maravedíes, y el gasto 3.822,5 maravedíes[108].

1518

En el año 1518 el cabildo de San Nicolás dedicaba sus rentas a la finalidad religiosa que le había dado origen no tenía deslindadas todas sus heredades. Los visitadores ordenaron que lo hiciera, en un plazo de treinta días, y que inventariaran todas las tierras que poseía. En el inventario se registraban estas fincas: 11 cañamares, 2 tierras, 4 viñas y un olivar, cuya capacidad no se conocía[133].

1552

Al revisar sus cuentas se observó que en el libro viejo estaba puesto el inventario de sus bienes, que se mandó rehacer poniendo los linderos de las fincas, para mayor claridad[133].

1557

Examinando las cuentas de este cabildo se observó que faltaba por redactar el inventario de sus bienes, habiendo varias hojas de papel en blanco al principio del libro de cuentas que esería el lugar apropiado para anotarlo[133].

1573

Tras haberse tomado sus cuentas en dieciembre de 1572, los priostes habían ordenado que del alcance resultante, 11.902 maravedís y 2 fanegas y 1 celemín de trigo, este último se repartiera a los pobres en la pascua de Navidad de ese año, lo que fue considerada una buena obra, y aprobada por los visitadores de Calatrava. El dinero restante, más otros 902 maravedís que se ordenó juntar, más 2.176 maravedís procedentes de la venta de ocho olmos, se unieran a 24.750 maravedíes que el cabildo había prestado mediante un censo a uno de los cofrades, Juan de Arriba, y el total, 38.750 maravedíes, se le continuaron prestando al referido, a razón de a 14.000 maravedíes el millar En el acta de visita de 1573 se menciona que la mujer de Alvar Pérez de Funta había legado al cabildo 25 ducados en su testamento, a cambio de que oficiaran tres misas perpetuas por su alma, pero no se habían entregado al cabildo, dictando los visitadores una orden para que se cumpliera lo que se decía en el testamento[134].

1577

El alcance de sus últimas cuentas había sido de 2.338 maravedíes, y 3 fanegas de trigo, sin que se enocntraran problemas en su gestión[134].

1589

En 1589, sus cuentas resultaron perjudiciales par los priostes en 5 fanegas de trigo y 1.088 maravedíes, especialmente porque habían encargado un nuevo frontal, para ql que ya tenían comprada una tela de damasco. Como había ocurrido en otras cofradías, los visitadores tuvieron que pedir al cabildo que moderase los gastos que hacía en comidas y bebidas[135].

1534

Del cabildo de San Nicolás tenemos se conserva su inspección en los libros de visita del año 1534 [157]