Cofradías, Ermitas y Cabildos

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Santo de los siglos XIII ó XIV. Es de los pocos santos que se veneran en relación con algún acto de su vida. Cuidó leprosos, hizo curaciones milagrosas y enfermó de peste. Su festividad se celebra el 16 de agosto.

 

Hueva
Ermita y cofradía de San Sebastián y San Roque
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1557

Al revisar las cuentas del cabildo, se observó que no se gastaban sino en comer y beber, recomendándoles que sería mejor que gastaran sus recursos en reparar la ermita, así como en celebrar misas por el alma del donante de una tierra, cuyas rentas disfrutaban. Los oficiales del concejo comentaron a los visitadores que la ermita se encontraba situada muy lejos de Hueva, casi a una legua, y que el camino para acceder a ella era muy penoso. Les informaron además, que en tiempo de necesidad, debido a la gran mortandad que hubo en la villa, habían jurado y votado que con las limosnas que diesen los vecinos se construiría una ermita a San Roque, cerca del pueblo. Por ello, pidieron a los visitadores que en nombre del rey les dieran licencia para hacerlo, a lo cual éstos accedieron. Una vez construida la casa donde al concejo le pareciese mejor, con limosnas de los vecinos y aprotaciones municipales, podrían traerse el retablo que había en la ermita de San Sebastián, "que en él está pintado señor San Rroque e San Sebastián, que está muy bien rretablo e bien hecho e deçente para ello lo traygáys y pnogáys en la hermita que ansý de nuevo hiziéredes porque estando el dicho rretablo en la dicha hermyta çerca desta villa, los sanctos serán más venerados e myrados en la dicha hermyta se podrá hazer el culto divino estando como estará çerca de la dicha villa" [173].

 

Hueva
Ermita San Roque
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1589

La ermita de San Roque, situada en el camino según se iba a Fuentelencina, que se comenzó a construir dos años antes, se acababa de terminar y durante la visita se estaba enluciendo su interior. Se habían gastado en la obra 40.000 maravedíes: "acabarla eis de todo punto pues es buena obra, e se tiene en esta villa con el bienventurado Santo deuoçión por ser abogado de la peste, de que esta uilla diz que fue tocada" [173].

 

Hueva
Ermita San Roque
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2000

Ermita de San Roque, en el camino de Fuentelencina a las afueras de Hueva.

 

Illana
Ermita de San Roque
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1534

La ermita de San Roque se estaba ampliando en 1534, y se ordenó enlucirla. Se habían pagado 5.891 mrs. y medio a Francisco de la Sierra, cantero y 3.770 a Gonzalo Martínez, vecino de Illana, por trar la piedra para acabar una pared. No obstante, la obra apenas se había comenzado. Ese año, la ermita poseía 22 pies de olivas, muy dispersos. Los visitadores observaron que el mayordomo que estaba a su cargo, Juan Fernández de Andrés, era una personaz muy competente, por lo que pidieron a los oficiales que no le relevasen de la mayordomía. Más adelante se indica que tanto en esta ermita de San Roque como de la Todos los Santos, el concejo de Illana procediera a revisar y tomar las cuentas a sus mayordomos [182].

 

Illana
Cabildo de San Roque
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1589

En el acta de visita del año 1589 se indica que su último cargo fue de 6.812 maravedíes, y de gasto 5.108,5 maravedíes. Al visitar la ermita se comprobó su buen estado y que tenía un retablo bueno, pero los ornamentos se conservaban enla parroquia, para mayor recaudo [200].

 
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1541

El concejo de Illana, cuyos oficiales eran patronos de la ermita de San Roque, había realizado en este templo varias reformas muy elogiadas por los visitadores. Éstos vieron también la casa de los veladores, situada junto a la ermita, que contaba con una caballeriza en su parte baja y una cámara en la alta. En el examen de sus cuentas, los visitadores observaron que se había encargado a Hernando de la Sierra, cantero, levantar una pared con las pideras que debía acarrear Gonzalo Martínez, vecino de Illana. Esta obra, incompleta en la visita anterior, ya se había finalizado, gracias a la venta de todos los bienes raíces que poseía la ermita. [183]

 
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1555

En el año 1555 los visitadores ordenaron a los alcaldes y regidores que vigilaran la ermita de día y de noche para que evitar que los veladores celebraran allí bailes y juegos, y que se dedicaran a rezar con devoción, que para eso iban. En la visita se comprobó el buen estado del templo, construido "de cal y canto", buena madera, y muy limpio, por lo que el concejo de Illana recibió el agradecimiento de los visitadores. También estaba bien conservada la casa del santero, y la ermita disponía de muebles, paños y ornamentos suficiente. Se explicaba que se había encargado un retablo "de talla y pinzel" a un pintor de Huete llamado Valdelomar, a quien habían de dar para el día de San Miguel siguiente 15 ducados, y la limosna que se recogiera después, durante los dos años de plazo que tenía para concluir el trabajo. La ermita seguía sin tener bienes raíces, y además no habían pagado los 12.000 mrs., de la mitad del censo que se debía a Doña María Carrilo de Guzmán, vecina de la villa de Almoguera, que los había prestado para construir la ermita, más otros 12.000, que hacían un totalde 24.000 mrs. Los visitadores ordenaron que el mayordomo de ese año, Mateo Alcalde, liquidase la deuda, pues le habían dado dinero y pan para que la ermita quedara libre de la mitad del censo, y que el resto se fuera abonando con entregas de 1.000 mrs. cada año a Doña María. [184]

 
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1569
Illana

Los bienes raíces que poseía eran 6 pies de olivas que rentaban 200 mrs. cada año. Además sacaba 2000 mrs anuales de la limosna que se pedía en la iglesia y en la ermita el día de la fiesta del santo. En esta ermita no se celebraban oficios salvo en la víspera de la advocación de San Roque. El mayordomo de ese año debía a la ermita 4750 mrs. ya que había mandado hacer un retablo que había costado cerca de 10.000 mrs. El día de San Roque se daba una caridad[250].

 
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1573

La ermita estaba cerca del pueblo, y presentaba muy buen aspecto, enlucida y con su buena madera, con un retablo de pincel y tabla, con puertas de lienzo que se abrían y cerraban como guardapolvos del retablo hecho desde la última visita, por lo que los visitadores felicitaron a la cofradía. Sin embargo, la casa del santero y la de los veladores que estaba a la parte baja de la ermita, necesitaban algunas reformas. Las obras de la ermita habían costado 24.000 maravedíes, según las cuentas que se tomaron en 1550, que fueron tomados a censo. En 1573 la ermita todavía no había devuelto la mitad del censo que debía a Doña María, vecina de Almoguera. Los visitadores ordenaron al mayordomo Mateo Alcalde, que como en ese momento la ermita disponía de 50 o 60 fanegas de trigo, y otras de cebada, las vendiera y con el dinero obtenido unido al que se pudiera disponer de los fondos propios de la ermita, se pagara la mitad del censo y los réditos correspondientes[185]. Después de este año, no volvemos a tener noticias sobre dicho censo.

 
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1577

La ermita de San Roque se describió como muy buena y bien mantenida por la devoción de los vecinos del pueblo y de gente de fuera[185].