Las Visitas

Los libros de visita como fuente documental

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Las actas de visita conservadas
 


Las actas de las visitas o inspecciones de la Orden de Calatrava a sus señoríos y poblaciones, constituyen la fuente documental principal para la elaboración de este estudio. Con todo, un estudio de esta naturaleza, tiene sus carencias al no disponer de series completas ni en el espacio ni en el tiempo. Los libros estudiados recogen las visitas de los años 1491, 1499, 1502, 1510, 1516-18, 1520, 1534, 1541, 1551-1552, 1555, 1556-1557, 1573, 1577 y 1589. Como señala E. Solano Ruiz, las visitas no se efectuaban cada dos años como recogían las Definiciones y en algún caso no han llegado todas sus actas hasta nuestros días[1]. No obstante, como en cada visita se hace referencia a la anterior, las fechas indicadas corresponden a todas las que se realizaron en este período, sin que existan lagunas, salvo pérdidas puntuales para algunos pueblos.

 
 


A lo largo del siglo XVI la realización de visitas guarda cierta relación con la celebración de los capítulos generales, o asambleas de todos los miembros la Orden de Calatrava, pues en ellas se revisaban los resultados de las inspecciones. Pero las convocatorias de capítulos tampoco se ajustaban a los períodos de dos años que señalaban las Definiciones de Calatrava para la realización de visitas. La demora del tiempo transcurrido entre las convocatorias de los Capítulos hacía necesaria la realización de visitas con mayor frecuencia. A ello cabe añadir que mediante el aparato administrativo que regía el territorio controlado por el Consejo de las Órdenes, en especial mediante los gobernadores y alcaldes mayores de los partidos, se realizaban encuestas e investigaciones puntuales en asuntos muy diversos, que completan la información de las visitas. Por esa causa, sin que dejaran de hacerse visitas, desde finales del siglo XVI y ya en el XVII cada vez se realizaron menos, porque los gobernadores y alcaldes mayores enviaban al Consejo de Órdenes la información sobre el gobierno, derechos y propiedades de las Órdenes Militares en sus territorios. Estos mismos representantes de la autoridad del rey como maestre, y como rey, actuaban en sus demarcaciones como los corregidores en las tierras de realengo.

 
 


La información contenida en las visitas depende de la precisión de las descripciones y anotaciones de los visitadores, que en muchos casos vienen derivadas directamente de las diferentes instrucciones recibidas para efectuar su tarea. Estas deficiencias, como las de cualquier otra fuente histórica, no impiden que podemos obtener una visión bastante clara y detallada del estado de los señoríos castellanos de la Orden de Calatrava durante el siglo XVI.

 
 


Para subsanar algunas de estas lagunas, debemos contrastar y complementar la información suministrada por los libros de visita con la proporcionada por otro tipo de fuentes, como por ejemplo: las cartas de donación o confirmación de heredades y privilegios, testamentos, sentencias en diversos pleitos, descripciones de encomiendas y prioratos, cartas de venta y arrendamiento, bulas papales, la documentación municipal conservada y otros documentos de interés. Merece destacar las "Relaciones histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España", conocidas como Relaciones Topográficas, redactadas por iniciativa de Felipe II (en torno a 1575). Con todos ellos, podemos profundizar en el conocimiento de la historia política, socio-económica e institucional de la Orden.

 
 


El valor de las actas de visitas es indudable. Por una parte, las actas obeceden a una estructura documental de las visitas que nos puede ofrecer un modelo formal de las diferentes partes de las que se compone el documento[1].

 
 


Por otra parte, gracias a los datos aportados por las visitas en relación a los bienes y rentas de encomiendas y prioratos, el estado en que se encontraban los edificios y heredades, las relaciones de armas y pertrechos militares almacenados en los castillos, las de propios de los concejos, iglesias, ermitas o cofradías de las villas y lugares dependientes del Partido calatravo de Zorita, podemos profundizar en el conocimiento de los mecanismos administrativos, la organización interna del concejo y el funcionamiento fiscal de los mismos.

 
 

1541
Sayatón

Se visitaban normalmente las poblaciones de cierta entidad, y alguna no recibió la inspección directa de los delegados de Calatrava hasta muy tarde. Los visitadores frey Íñigo de Ayala y frey Alonso Ortiz indicaban en el acta de su visita que siendo Sayatón jurisdicción de la villa de Zorita, nunca se había visitado hasta entonces por su escasa población. Al haberse alcanzado la cifra de treinta vecinos, convenía conocer los propios y rentas del concejo y revisar sus instalaciones públicas. Por esta misma razón, puesto que no había alcalde propio que resolviese los conflictos entre los vecinos, aprovechando su estancia en Sayatón, se pidió que los visitadores arbitrasen en la polémica relativa al cercado y puerta de una finca compartida por tres familiares, uno de los cuales no contribuía en su conservación, sugiriéndose que se dividiera en tres partes y que cada cual se ocupase de la suya[1].

 
 

1557
Hueva

Los visitadores revisaban las cuentas de los concejos y de las instituciones dependientes de ellos, como pósitos y cofradías. Sin embargo, si no estaban tomadas por la autoridad ordinaria que debería hacerlo, los gobernadores de la provincia o sus tenientes, no se detenían a revisarlas. En algún caso encontraron que no estaba asentada en el libro de cuentas de propios la aprobación de cuentas por el gobernador, como ocurrió en Hueva en 1557, debido a que el licenciado Cuéllar de Lantadilla, juez de residencia que las había revisado entre 1554 y 1556, se había llevado el libro, no lo había devuelto ni dejado una copia o traslado del mismo. En tales casos, especialmente cuando los visitadores comprobaran que no habían tomado en su momento las cuentas de algún pueblo, se deberían remitir al gobernador de para que él las revisara en el plazo de treinta días, y en ese plazo éste debería enviar a los visitadores la relación de cómo lo había cumplido. Así se hizo mediante un requerimiento al gobernador del partido de Zorita el 17 de febrero de 1557. Se explicaba que no era justo que los gobernadores ni jueces de residencia se llevasen los libros de los concejos, puesto que les dejaban sin instrumentos para administrar su contabilidad[1].

 
 

1577
Moratilla

Los visitadores recibían peticiones de todo tipo. En la visita a Moratilla en 1577 Jerónimo López de Salcedo, que ejercía como maestro de niños, se quejaba de que no se le abonaba el salario que debían pagarle por una provisión real, que era de 6.000 maravedíes anuales, aunque le estaban pagando a razón de una fanega de trigo mensual. Los visitadores ordenaron que se le siguiera abonando el pago en especia, hasta que el concejo tuviera posibilidad de pagarle su sueldo en dinero[1].

 

Estructura documental de las visitas
 


Las actas de visita constan de una serie de partes distintas, más a partir de 1518, cuando se puede hablar ya de una estructura diferenciada en tres partes:

 
 


1. Presentación de los visitadores. Incluye los nombres de los mismos y los cargos desempeñados dentro de la Orden. Desde mediados del siglo XVI, se añade la carta de poder y atribuciones otorgadas a los visitadores, además de la copia literal con las cédulas firmadas por el rey, en calidad de administrador del maestrazgo de la Orden, referentes al nombramiento y misión.

 
 


2. Mandamientos de los visitadores. Constituye el cuerpo principal de la visita. Aparecen aquí los aspectos relativos a la inspección de la villa o lugar, señalando y mandando aquello que debía ser reparado y enmendado, haciendo especial alusión a las prescripciones ordenadas en las visitas anteriores. Se incluyen aquí desde la observancia sobre el cuidado y guarda de los montes a las cuestiones referentes a la moralidad pública y justicia, sin olvidar los aspectos fiscales con la toma de cuentas de los propios, que encabeza el texto del mandamiento.

 
 


3. Despedida de los visitadores. Se insta a los oficiales a que cumplan sus mandamientos y los notifiquen a sus sucesores. Se añaden las costas y duración de la visita, antes de rubricarse con sus firmas y la del escribano de la visitación para dar testimonio de autenticidad de la visita. Se hace constar que por tener relación directa con los propios municipales, el acta de la visita habría de ser copiada en dichos libros, lo que hemos comprobado al consultar algunos de los que se conservan en Almonacid de Zorita o en Hontoba.

 

Datos aportados por las visitas
 


Los libros de visitas estudiados nos proporcionan datos y referencias útiles sobre: - 1. El nombre y cargos de los visitadores que la efectúan; - 2. Las villas y lugares visitadas cada año; - 3. Los mandamientos que se repiten en todas las visitas.

 
 


¿Cómo se procedía en la visita a una encomienda? Parafraseamos a Emma Solano Ruiz en su obra La Orden de Calatrava en el siglo XV, aunque en lo relativo a las visitas a los bienes y rentas de caomendadores, priores, la mesa maestral o la Clavería, esto es, de la propia Orden[1]. En primer lugar, se examinaba el estado de las casas de residencia y las dependencias anejas y se señalaban las reperaciones que debían realizarse. A continuación, se revisaban los libros de cuentas con el inventario de los bienes y derechos, alcance de las rentas jurisdiccionales, nombres de los arrendatarios, etc... También se visitaba a la persona del comendador o prior y se le hacían algunas recomendaciones para el buen cumplimiento de las Definiciones. Por último, se procedía al embargo de parte o la totalidad de los ingresos anuales en aquellos casos en que resultaba probado el desinterés o incapacidad para su administración por parte del caballero o freile titular.

 
 

1577
Almonacid

La visita, concluida el día 18 de abril de 1577, se realizó en ocho días y medio, con unos gastos de 9.171,5 mrs., más 9 fanegas de cebada, a razón de 1.079 maravedís diarios, por once personas y ocho cabalgaduras. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron El doctor Hurtado, juez de residencia de la provincia (no había alcaldes ordinarios en Almonacid); Juan de Buendía del Moral y Pascual Martínez del Moral, Juan Hernández de Heredia; Alonso García de los Corrales, Alonso de Heredia, Alonso de Herrara y Alonso Escudero, regidores perpetuos de la villa; Alonso Castellano, escribano del ayuntamiento. Fue escribano Juan de Soria, y eran visitadores frey Don Juan de Haro, comendador de Belmez y frey Juan Polo, prior de Zorita[1].

 
 

1557
Fuentelencina

El 11 de febrero de 1557 fue leída la visita a Francisco Sánchez de Chinchón y Hernán García de Alonso García, alcaldes ordinarios, y Alonso Gil, regidor, el licenciado Pedro López, el bachiller Álvarez y Diego de Toledo, diputados, y Pedro Sánchez Salmeron, alguacil, y Francisco Quadrado, escribano del ayuntamiento de Fuentelencina. La visita duró seis días y hubo de costas 3.002 maravedíes, y 5 fanegas de cebada, que a 11 reales la fanega fueron 1.020 mrs., en total, 4.022 maravedíes, más 442 maravedíes al escribano por el traslado de la visita. Pagó estas cantidades Pedro de Horova, receptor del concejo.

 
 

1577
Fuentelencina

La visita, concluida el día 2 de mayo de 1577, se realizó en cinco días, con unos gastos de 8.713 mrs., más 12 reales de los derechos del escribano, que en total ascendieron a 9.121 mrs., abonados por Pedro Sánchez Salmerón, teniente de receptor de la villa de Fuentelencina. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Alonso López de Francisco López y Pedro López de Alonso López, alcaldes ordinarios; Pedro de Hontoba y Francisco el Monte, regidores; Bernardo de Encinas, procurador; Melchor de Valles, escribano público y del ayuntamiento; Francisco Sánchez de Alhóndiga, alguacil; testigos Gabriel Lozano y Juan de Soria el mozo, vecinos de Almonacid. Fue escribano Juan de Soria, y eran visitadores frey Don Juan de Haro, comendador de Belmez y frey Juan Polo, prior de Zorita[1].

 
 

1556
Hontoba

La visita duró dos días y medio hubo de costas 848 maravedíes, más dosde cebada, más 442 maravedíes al escribano por el traslado de la visita. En cada una de las cofradías y ermitas, la visita con derechos del escribano y traslado importaba un real [1].

 
 

1577
Hontoba

La visita, concluida el día 11 de mayo de 1577, se realizó en tres días, con unos gastos de 5.645 mrs., más 14 reales de los derechos del escribano, que en total ascendieron a 6.121 mrs., abonados por el receptor de la villa de Hontoba. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Diego Martínez y Diego de Parexa, alcaldes ordinarios; Juan Blanco, regidor; Miguel Sánchez, procurador; Alexo del Olmo y Pedro de Rueda, escribanos del ayuntamiento; Francisco Sánchez de Alhóndiga, alguacil; testigos Garci Gómez, vecino de Hontoba, y Gabriel Lozano, vecino de Almonacid. Fue escribano Juan de Soria, y eran visitadores frey Don Juan de Haro, comendador de Belmez y frey Juan Polo, prior de Zorita[1].

 
 

1589
Hontoba

La visita, concluida el día 7 de abril de 1589, se realizó en tres días y medio, con unos gastos de 4.496 mrs., más fanega y media de pan cocido, y más 772 maravedíes de los derechos del escribano, que abonó Agustín Blanco, receptor del concejo de Hontoba. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron el bachiller Celada y Sebastián Pardo, alcaldes; Juan Díaz, Bartolomé del Barco, regidores; Mateo de Celada, procurador; testigos, Juan López y Alonso Muñoz, vecinos y diputados de la villa[1].

 
 

1557
Hueva

Asistieron a la lectura del acta de visita Juan Martínez Rivillo y Juan Díaz de Pero Díaz, alcaldes; Juan Delagado, alguacil; Juan Moreno y Pedro de Atienza, regidores; Juan de Martín García, procurador del concejo; Alonso López, escribano del concejo; Pero Gómez, diputado del concejo. Fueron testigos Alonso de Angulo y Juan Sezillo, vecinos de Almonacid. La visita duró tres días y hubo de costas 1.685 maravedíes, más 11 reales al escribano por el traslado de la visita.

 
 

1577
Hueva

La visita, concluida el día 8 de mayo de 1577, se realizó en tres días, con unos gastos de 4.611 mrs., más 306 mrs. de los derechos del escribano, que en total ascendieron a 9.121 mrs., abonados por Alonso Gómez, receptor de la villa de Hueva. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Juan Martínez de Hernán Martínez y Juan Gómez, alcaldes ordinarios; Juan Ximénez de Martín Ximénez, regidor perpetuo; Francisco Serrano regidor añal; Juasn López de Alonso López, procurador; Melchor de Valles; testigos el bachiller Brihuega y Bartolomé Moreno, vecinos de Hueva y Gabriel Lozano, vecino de Almonacid. Fue escribano Juan de Soria, y eran visitadores frey Don Juan de Haro, comendador de Belmez y frey Juan Polo, prior de Zorita, que presidían una comitiva de once personas y ocho cabalgaduras[1].

 
 

1589
Hueva

La visita, concluida el día 14 de abril de 1589 se realizó en dos días, con unos gastos de 3.856 mrs., más 524 mrs. de los derechos del escribano,abonados por el receptor del concejo, Pedro del Prado. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Francisco López y Pedro Atienza, alcaldes ordinarios; Alonso Merchante, regidor; Martín Hernández Calvo, procurador del común; Francisco López Pintor, procurador del concejo. Fue escribano Pedro de Figueroa, y eran visitadores generales frey Don Juan Pacheco Rojas, caballero y el licenciado frey Pedro Álvarez de Covarrubias, que presidían una comitiva de doce personas y seis cabalgaduras[1].

 
 

1589
Fuentelencina

La visita, concluida el día 3 de abril de 1589 se realizó en nueve días, con unos gastos de 9.702 mrs., dos fanegas de trigo en pan cocido y 7 fanegas de cebada, más 40 reales (1.360 mrs.) de los derechos del escribano,abonados por el receptor del concejo, Francisco de Penagos. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Hernando de la Carrera y Juan Bueno, alcaldes ordinarios; Martín de Encinas de Celeda y Juan de Pedro, regidores; Pedro López de Alonso López, procurador general procurador; Alonso el Monte, Gapar Rodríguez de Madrid y Sebastián de Escamilla, diputados, y fueron testigos García de Pareja y Sancho de Urgel, vecinos de la villa. Fue escribano Pedro de Figueroa, y eran visitadores generales frey Don Juan Pacheco Rojas, caballero y el licenciado frey Pedro Álvarez de Covarrubias, que presidían una comitiva de doce personas y seis cabalgaduras[1].

 
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Definición y normativa Visitas del año 1491