Hontoba

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Almonacid, Hontoba, Fuentelencina, Illana, Yebra, Hueva

Todas las localidades que pasaron a manos de señores particulares dejaron de ser visitadas por las autoridades de la Orden de Calatrava, que se concentraron en los pueblos que todavía seguían bajo su autoridad. Estos pueblos llegaron a pagar cantidades importantes de dinero para no ser enajenados de la jurisdicción de la Orden, como está documentado para Almonacid de Zorita, que desembolsó dos millones de maravedíes (en torno a 5.000 ducados), Fuentelencina (1.232.000 mrs.) Hontoba (1.100 ducados), Hueva (1.000 ducados), Illana y Yebra, con lo cual el efecto recaudatorio que pretendía la Corona se consiguió igualmente[2]. En lugar de halagar a un individuo deseoso de exhibir el título de señor de vasallos, los vecinos de los pueblos que no se dejaron vender tuvieron que rascarse el bolsillo para seguir manteniendo su independencia, cuando no hipotecando las rentas de propios y descuidando con ello las obligaciones de mantener los bienes públicos de los pueblos afectados durante los años en que se devolvía la deuda.

 

 


guardas

En las visitas de Hontoba se mantiene la constante de otros lugares: mal estado de los montes, y falta de vigilancia.

 

 

1499
audiencia

En algunas localidades la audiencia no existía a finales del siglo XV, pues los visitadores ordenaron crearlas, especialmente cuando se dotó de jurisdicción independiente a diversos pueblos que pasaron de ser aldeas a villas con la primera instancia dependiente de sus alcaldes ordinarios. En Hontoba los visitadores dieron estas instrucciones para construir una audiencia de nueva planta: "...estará bien en la plaça cabe la picota, donde aora es carnesçería, en esta manera: que se rronpa la pared de la calle por donde van al horrno, y que de la casa sobre vn pilar donde aora está el esquina y el suelo de la dicha avdiençia, se abaxe todo lo que más pudiere, por manera que quede en buen altura, y çerrar delante del tajón donde aora está vna rred de madera, y enlusyrla e faser sus buenos poyos por parte de adentro, e sy logar ouiéredes hagáys pyntar ençima de los poyos las armas rreales de sus Altezas e asymismo las de la Horden a los lados dellas, que son las cruzes e travas"[2].

 

 

1499
hornos

Los vecinos de Hontoba disponían de un horno de pan cocer , por cuyo uso se abonaba un tributo a la mesa maestral de Calatrava. Sin embargo, parecía pequeño "segund el lugar a Dios graçias se multyplica", y los visitadores ordenaron hacer una capilla nueva, de capacidad como para tres fanegas de pan, situándola en el lugar donde ahora estaba la entrada, para lo que habría que habilitar otra. Deberían añadirse también "dos buenos tableros anchos e largos donde las mugeres puedan amasar su pan".133].

 

 

1499
tercia, molino de aceite

Los visitadores ordenaron conservar "bien aderesçado y rreparado" un molino de aceite y la casa de la tercia del vino.[132]

 

 

1499
pilones fuentes y lavaderos

El "pilar" o pilón, pese a no estar en muy mal estado, necesitaba algunas mejoras, como empedrar su entorno, para que "·las bestias puedan abreuarse syn pena en tiempo de ynuierno", y encauzar el agua que se vertiese hacia el arroyo [227].

 

 

1518
San Sebastián, cofradía y cabildo

En el acta de visita de 1518 se mencionan por primera vez la cofradía y cabildo de San Sebastián. Su mayordomo era Ximén López, vecino de Hontoba, y los bienes de la cofradía eran 17 machos de ganado cabrío y tres primales (veinte reses) y dos borregos de lana [158].

 

 

1518
San Nicolás, cofradía y cabildo

De la cofradía y cabildo de San Nicolás tenemos noticias en la visita de 1518. Sus bienes eran un cañamar , de 10 celemines de trigo en sembradura y una viña que producía un año con otro 150 maravedíes[159]

 

 

1518
Santísimo Sacramento, bulas

En 1518 se habían tomado 117 bulas, a 19 mrs. cada una, dando un total de 2.223 maravedíes, que estaban enmano del teniene de cura de Hontoba. Los visitadores advirtieron que no existía un mayordomo encargado de recaudar los dos mrs. de reconocimiento, cada año, por lo que dispusieron que inmediatamente se eligiese a una persona que llevara a cabo tal cometido, y que como éste era un trabajo muy pesado, que fuera relevada por los alcades de otras tareas. [160]

 

 

1534
bodega, tinajas

En los dos lagares de Hontoba había 19 tinajas con una cabida de hasta 700 cántaros. Se ordenó allanar los agujeros de sus paredes, cerrar algunas ventanas, y colocar buenas puertas, además de abrir unas ventanas nuevas para que por ellas se pudiera introducir la uva [88].

 

 

1534
hornos

En 1534 seguían teniendo tan sólo un horno propiedad del concejo, en muy bien estado. Se recomendó igualar las losas de su interior, unas estaban hundidas y otras levantadas, "por que el pan salga mejor", y sanear las paredes del exterior "comidas por el salitre" [134].

 

 

1534
molinos de aceite

Tenía un molino lagar de aceite de dos ruedas, hecho nuevo desde la última visita. Sin embargo, su tejado tenía problemas, porque las limas y vigas se habían domado en la parte de las ruedas, y estaban para caerse. También se ordenó hacer chimeneas en los fogales de las calderas, porque todo estaba negro del humo. Se obligaría además de a limpiarlo, a exigir a quines lo arrendasen que dejaran limpio, vaciando también las balsas, pues los restos que quedaban despedían muy mal olor. [134]

 

 

1534
religiosidad

Además de repetir el consabido mandamiento sobre que se guardasen las fiestas religiosas acudiendo a misa en la iglesia, en Hontoba también se daban muestras de irrespetuosidad en 1534, donde los habitantes de la villa incluso llegaban a interrumpir lo oficios subiéndose a la tribuna e impidiendo al sacerdote decir la misa. y además, se ponían a bailar o a jugar a la pelota, no sólo en la iglesia sino también en el cementerio: "Otrosý, somos informados que los dichos domingos y fiestas en tanto que los ofiçios se dizen, se suben a la tribuna de la iglesia muchas personas, las quales con poco temor de Dios nuestro Señor, están hablando y profananado el templo de Dios, ynpidiendo a los que ofiçian la misa, por tanto vos mandamos que hagáis pregonar públicamente que agora ni de aquí adelante, ninguna persona sea osado de subir a la tribuna si no fueren aquellos que ofiçian la misa, y dado dicho pregón sy alguno subiere a la dicha tribuna, en saliendo de la iglesia leprended y tened dos días preso en la cadena, y pague dos reales antes de que de allí salga, el uno para el ospital y el otro para la obra de la iglesia... Y ansi mismo, haced pregonar que ninguno sea osado de jugar a la pelota ni otro juego, ni hazer danzas ni bailes en la iglesia ni çementerio, so pena de trezientos maravedíes a cada vno, la terçia parte para el que lo denunçiare, y la terçia parte para la iglesia y la tercia parte para el reparto del ospital, y dado el dicho pregón, lo executad los alcaldes, en los que lo quebrantaren, so pena de çinco mill marauedís para la Cámara y fisco de Su Magestad"[10]

 

 

1534
Mazuecos, Hontoba montes

La situación de incumplimiento de las ordenanzas, respecto de la tala y mantenimiento de los montes era general. Para su comprobación tenemos el siguiente ejemplo de la visita a Mazuecos en 1534, pero que se repite en todas las restantes poblaciones: "Fuimos informados que en la guarda de los montes deste lugar ay muy mala guarda, y que se destroçan y talan en tal manera que los dichos montes se destruyen, y porque su Magestad, por premática a defendido que los montes no se talen, mas que se conserven e acresçienten, vos mandamos que ninguno sea osado de cortar ni rroçar en los montes deste dicho lugar, sino fuere solamente madera para arados, segund está en costunbre, y que lo que así se oviere de cortar para los aperos de los arados, sea con licençia del conçejo, a lo menos de alcaldes y rregidores, y sin ella ninguno corte, so la pena que tenéis por ordenança e costunbre contra los que cortan otra madera o leña que no sea para arado y fasedlo pregonar públicamente en este lugar porque venga a notiçia de todos, y executad las penas, e lo que lo contrario hiziere, so pena de dos mill marauedís para la cámara y fisco de su Magestad"[16]

 

 

1534
guardas

En Hontoba las penas eran prácticamente igual que en el resto de las poblaciones del partido de Zorita.

 

 

1534
Santiago, ermita

En el acta de visita de 1534 se menciona la existencia de la ermita de Santiago, que se había construido de nuevo. Todavía le faltaban algunos detalles, como poner una sábana en el altar, colocar poyos de yeso para que la gente pudiera sentarse, cerrar algunas gateras, enlucir su interior y añadirle un tejadillo en la entrada. [161]

 

 

1534
Albalate, Hontoba propios

La venta del trigo y cebada procedecente de los propios debería hacerse averiguando primero el valor cierto que tenían en el mercado, mediante una diligencia en la que se preguntaba a cuatro o cinco vecinos cuál era el precio, y sus declaracioines se asentarían por el escribano en el libro de relaciones del concejo. De esta forma, al tomar las cuentas el gobernador del provincia tendría una referencia contrastada sobre los precios. Como en otros bienes concejiles, los oficiales del concejo ni los diputados, directamente o mediante persona interpuesta, podían comprar granos de los propios, bajo una pena de cuatro veces el dinero pagado[175].

 

 

1534
Yebra, Fuentenovilla, Albares, Pozo, Fuentenovilla, Hontoba, Valdeconcha ganado

Muchas fincas seguían sin cercar, inconveniente que acarreaba la entrada del ganado a comerse los cultivos, especialmente todas las situadas junto a las casas, puesto que por fuerza el ganado pasaba junto a ellas al entrar y salir de los pueblos.[26].

 

 

1534
audiencia

La audiencia continuaba en el mismo edificio que albergaba la cámara de ayuntamiento y la carnicería. Observaron los visitadores que una de las vigas estaba abierta, y si no se reparaba, el suelo de la cámara sobre ella podría resentirse. También había que "refrescar" las pinturas de las armas reales y las de Calatrava y colocar un nuevo arancel, porque el que había estaba viejo[2].

 

 

1534
cámara del ayuntamiento

La cámara del ayuntamiento estaba recibiendo daño porque las casas consistoriales se situaban muy cerca de una acequia, que iba socavando sus cimientos. Se ordenó requerir a los dueños de los huertos para que desviaran el curso del agua, apartándolo del edificio[65].

 

 

1534
carnicería

Un local junto a la audiencia se había habilitado como carnicería. Era tan pequeño que la gente no podía estar dentro cuando iba por carne. Por ello se ordenó derribar un tabique interior que formaba una "casilla" o cuarto donde se guardaba la carne, y se ampliase el local. El espacio así ganado debería compensarse con una nueva casilla en los huertos situados tras el edificio, abonando a sus dueños el precio justo por el solar. Además de mover el tajón más adentro, había de blanquearse el interior y ponerse unos ganchos o escarpias para colgar las piezas de carne[86].

 

 

1534
herrería

La herrería estaba junto a la carnicería, en el mismo edificio. Se conservaba bien, salvo algunos pequeños problemas en sus paredes[86].

 

 

1534
hospital

El hospital, además de mal "aderesçado", tenía un telar en su interior, que impedía el alojamiento de pobres, además de que en la cámara había trigo, y otra cámara se había dado al pregonero. Se ordenó desocupar el edificio para destinarlo a sus fines específicos. El telar, que era del hospitalero, debería moverse a otra parte. Se ordenó hacer un portal y un colgadizo, para ganar espacio y ampliar con corral la parte trasera, requiriendo a los propietarios de casas vecinas a cerrar todas las ventanas que dieran al patio, para proteger la intimidad de los acogidos que salieran a él. Se ordenó que tuviera dos camas, una para los pobres y otra para los clérigos que acudieran[1].

 

 

1534
molinos harineros

El molino harinero de una rueda ubicado en la dehesa de los Caballos, fromaba parte de los propios del concejo de Hontoba. Necesitaba un retejado, y que en la parte de abajo se construyera un establo. También se recomendaba colocar unas "tozas" o maderas para que se pudiera atravesar el arroyo sobre el cárcavo del molino [134]

 

 

1534
pilones fuentes y lavaderos

La fuente que abastecía de agua a la población , "la fuente del pilar", estaba bien conservada. Se recomendó levantar una pared que la separaba del camino de Escariche hasta la altura de una tapia, para evitar el peligro de caídas. Sin embargo, la obra principal estaba pendiente, porque los visitadores observaron que el manantial desde donde se llevaba el agua, y cuyo encañamiento se cubría desde el denominado prado de la fuente. Al parecer, había muchas simas por las que el agua penetraba, y la canalización estaba muy deteriorada. Para evitar este problema, se sugirió que se hiciera una nueva acometida de agua, empleando canales de madera recia, que no sufriera, especialmente en la zona en la que estaban los sumideros. Por otra parte ordenaron pregonar la prohibición que se estableció para que nadie echara muladares ni basuras por la acequia que abastecía dicha fuente, ni tampoco aguas abajo de la misma, bajo pena de 600 maravedíes. Asimismo se prohibió el paso de ganado lanar, cabrío o porcino por ese camino, bajo pena de tres maravedíes por cada cabeza[86].

 
     
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