Moratilla

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Borox, Fuentelencina, Auñón, Moratilla y Yebra reloj

En estas localidades el reloj se encontraba situado en la iglesia.

 

 


Albares, Moratilla, Almoguera, Almonacid, Valdeconcha visitas

Finalmente, y en virtud de su autoridad eclesiástica, la visita se extendía a todas las ermitas y cofradías sobre las que la Orden de Calatrava se reservaba la vigilancia frente a la autoridad eclesiástica ordinaria, en nuestro caso el arzobispo de Toledo. Las iglesias parroquiales no podían ser objeto de visita por los calatravos, siempre que no dependiesen de la propia Orden, algo que sólo ocurría en territorios conquistados por primera vez por la propia Calatrava, sin que antes hubiera habido en ellos parroquiaa diocesana, por ejemplo, muchas de las localidades situadas en el Campo de Calatrava (actual provincia de Ciudad Real) o en la provincia de Andalucía (en el norte de las actuales provincias de Jaén y Córdoba). La coexistencia de varias autoridades eclesiásticas e un mismo territorio fue el origen de constantes conflictos entre las jurisdicciones episcopales y de las órdenes militares cuando compartían un mismo territorio, y algunos ejemplos veremos más adelante en estas páginas. En esta línea deben interpretarse las dispsiciones en que los visitadores ordenan que se pintaran o repusieran en las iglesias parroquiales las imágenes de San Benito y San Bernardo, patrones de Calatrava, como signo evidente de la autoridad de la Orden, frente a la oposición o descuido, no dudamos que intencionados, de los curas párrocos dependientes de la sede toledana[1].

 

 

1499
Hueva, Moratilla bodega

Su tercia estaba bien conservada.[132]

 

 

1499
audiencia

La audiencia se encontraba en buen estado[2].

 

 

1499
molinos

Se documenta en esta visita el buen estado de varios molinos de aceite y el molino harinero nuevo, camino de Fuentelencina[1].

 

 

1499
hornos

Los hornos de Moratilla pertenecían al comendador de Auñón, y los visitadores los encontraron en buen uso [1].

 

 

1499
carnicería

Estaba bien reparada a juicio de los vistadores[127].

 

 

1499
hospital

Los visitadores impusieron una pena de 100 maravedíes a quienes fueron alcaldes y regidores durante la visita de efectuada en octubre de 1494 por el sacristán del Convento de Calatrava y frey Pedro de Aguayo, porque no habían cumplido lo que se les ordenó, prueba de lo cual era que se había perdido la "razón del mandamiento", esto es, el documento que contenía las instrucciones de los visitadores. El destino de esta multa sería abastecer de ropa y otras cosas necesarias para el hospital de Moratilla[2].

 

 

1499
pilones fuentes y lavaderos

Los visitadores anteriores habían ordenado que se canalizase la acequia que partía de la "Fuente del Saúco", situada a la parte de arriba del pueblo y que daba servicio, hasta el lugar que llamaba "La Puente la Losa". En la presente visita se reitera el mandamiento, colocando "buenas lanchas largas e anchas trauesadas por donde pasen las gentes y aderesçando el açequia de manera que el agua no se derrame por la calle". Era tal la situación que no debía haber un pilón con su fuente donde coger el agua, pues se recomendó construir una alcoba o arca, que no se había podido cumplir debido a los aguaduchos o aguas torrenciales que discurrían por las calles del pueblo, lo que informa del precario estado en que se encontraban[2].

 

 

1499
escrituras

Los visitadores observaron que no había libros en el concejo, sino tan sólo un cuaderno "asaz pequeño y maltratado". Por ello ordenaron comprar "vn buen libro enquadernado de pliego entero, en el que se asienten de aquí adelante los fenesçimientos de las cuentas de los mayordomos y los mandamientos de los visitadores que vinieren, e el ynuentario de los propios del conçejo, e todas las otras cosas complideras a pro y bien del pueblo" [2]

 

 

1518
bodega, tinajas

- Tenían 2 bodegas con 21 tinajas, con una capacidad de 400 cada una arrobas, más dos cubas de madera en las que cabían hasta 240 cántaros [90].

 

 

1518
hornos

En 1518 tenía dos hornos de poya "a censo y paga a la encomienda del Collado, cada año 226 mrs". [140]

 

 

1518
molinos

El molino harinero del concejo estaba arrendado ese año por 86 fanegas de trigo. De acuerdo con las rentas que fueron visitadas, su rendimiento fue en 1516 de 81 fanegas y un celemín de trigo, y en 1517 de 100 fanegas y un celemín [140].

 

 

1518
propios

En el inventario de los bienes propios de Moratilla se anotaron los siguientes[175]: - molino harinero, propio del concejo, arrendado en 1518 por 86 fanegas de trigo, otros años más y otros en menos, situado en la vega de Arriba - unas casas en la villa, donde vivía maestre Marcos, el barbero - otras casas, donde vivía Miguel, herrero - unos fuelles para la fragua, con su aparejo - dos yunques, uno mayor que el otro - una "vycornia" - un par de tenazas - una tobera de hierro - una casa de molino de aceite, con seis ruedas y doce calderas, y todo el restante aparejo del molino - dos hornos de poyo, uno en la cuadrilla del Horno, y otro en la cuadrilla del Val. Se pagaba por ellos al comendador del Collado 266 maravedíes. - dos bodegas, ambas juntas, para tercia del vino, con 21 tinajas, de unas cuarenta arrobas cada una, y dos cubas de madera de 240 cántaros ambas - de siete suertes del molino, el concejo tenía cuatro partes y media, con las suertes del caz, situadas debajo del lugar - en la Moraleda, el concejo tenía dos morales, y otros dos en el majano grande de la moraleda, y otros dos morales más abajo

 

 

1534

Los oficiales tenían un salario por el desempeño de sus oficios[1] y estaban sometidos a responsabilidades que podían ser objeto de sanciones e inhabilitaciones en el futuro. Además, también gozaban de ciertas inmunidades y preeminencias para desarrollar con independencia su misión. El número, clase y duración de los oficios variaban según fuera la legislación municipal.

 

 

1534
calles

En la calle que comunicaba con el camino de Tendilla, "Carratendilla", se producían barrizales junto a la casa del herrero, en un pasaje angosto, que se mandó empedrar, orden extensiva a todas las calles del pueblo. Los visitadores encargaron levantar un muro en un corral de una capellanía, junto a la casa del cura, porque se había caído y resultaba peligroso para quien pasara por ese lugar. También se mandó allanar un "altozano" que había en una calle, para evitar peligros, y colocar pretiles en todas las partes donde se vieron desniveles. Los visitadores también pusieron especial empeño en mantener en buen estado el muro que estaba alrededor de la iglesia, con cargo en parte a la fábrica de la misma y a los propios municipales, pues al estar en un alto, las paredes que sujetaban los terraplenes se deterioraban[6].

 

 

1534
audiencia

La audiencia mantenía su buen aspecto[2].

 

 

1534
cámara del ayuntamiento

Situada sobre la audiencia, la cámara destinada a las reuniones del concejo se encontraba en un perfecto estado, incluso con la imagen de la Virgen que los visitadores solían echar en falta en otros pueblos. Sin embargo, ésta les pareció pequeña y pidieron que se colocase otra mayor[132].

 

 

1534
carnicería

Salvo el preceptivo blanqueado, no se encontraron defectos considerables[127].

 

 

1534
puentes

Los visitadores dieron instrucciones sobre la conservación del puente de la plaza, puesto que era necesario para acceder a la audiencia. Por ello ordenaron colocar estribos de cal y canto en cada parte del arroyo, sobre los que apoyar los tablones que cruzaban sobre el agua. Otro puente se situaba a la parte de abajo del molino, "al passo del camino de la Solana", y lo cruzaban quienes acudían a moler. Debido a que era de madera, en tiempo de invierno se hundía. Por ello se recomendo su construcción "de cal y canto". En el paso del río de Carratendilla había una losa sobre unas piedras, para atravesar la corriente. Sin embargo, al ser un camino muy pasajero, pues por él acudían los que iban a la feria de Tendilla, considerando la buena honra del pueblo como justificación, se dieron instrucciones para que se levantara un puente nuevo de cal y canto, apoyado en buenos estribos. En el paso del arroyo Carrarranera también se ordenó hacer un puente. Los visitadores dieron incluso instrucciones sobre sus dimensiones, indicando que hab´ria que hacerlo de cal y canto, con un arco de ocho pies de anchura y media vara en alto, sobre buenos estribos. En la Alcantarilla, camino de Ranera, había buen paso, pero como en invierno se formaba barro a uno y otro lado de este puente, se ordenó rellenarlo en ambos extremos para evitar el problema[175] .

 

 

1534
molinos de aceite

En Moratilla los molinos de aceite municipales tenían siete ruedas con sus vigas y cada una con dos calderas, todo muy bien preparado [140].

 

 

1534
hornos

Salvo problemas menores, el horno " de ayuso" y el de "arriba", estaban en funcioinamiento [140].

 

 

1534
herrería

La herrería solamente necesitaba que se le colocasen unas buenas puertas, pues carecía de ellas. [175].

 

 

1534
bodega, tinajas

Matenían dos bodegas municipales, juntas, con 30 tinajas, con una capacidad de 500 arrobas, más cuatro cubas de madera para otras cuatrocientas. Una de las bodegas, la mayor, se había hundido, y estaban reconstruyéndola, además de que una pila del lagar que tenía estaba rota, ordenando los visitadores que se hiciera un canal subterráneo que uniese esa bodega con la pila grande en el otro lagar.[90]

 

 

1534
hospital

Los visitadores encontraron un hospital bien mantenido y limpio, con cinco camas. Pidieron que en un corral de su trasera se hicera un establillo para las caballerías de quienes se alojasen en el hospital. La casa del hospital estaba en la cuadrilla de Carrapeñalver, y sólo tenía como fuente de renta un cañamar en el Guindal. En poder de Miguel de Tendilla, hospitalero, y por su inventario se encontraron 28 mantas de diversas clases y calidades, 12 cabeceras, 3 almohadas de lino, diez sábanas, 5 camas con sus jergas, [un arca de madera con su cerradura, una caldera de azumbre vieja, una sartén de hierro, dos asadores, una cuchara de hierro, un candil, unas llaves, dos bancos, una artesa mala, cinco tablas para hacer una puerta. Había que añadir más mantas, cabezales, sabanas, en poder de Sebastián de Diago, mayordomo del hospital, que los guardaba en una talega.[2].

 
     
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