Yebra

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Almonacid, Hontoba, Fuentelencina, Illana, Yebra, Hueva

Todas las localidades que pasaron a manos de señores particulares dejaron de ser visitadas por las autoridades de la Orden de Calatrava, que se concentraron en los pueblos que todavía seguían bajo su autoridad. Estos pueblos llegaron a pagar cantidades importantes de dinero para no ser enajenados de la jurisdicción de la Orden, como está documentado para Almonacid de Zorita, que desembolsó dos millones de maravedíes (en torno a 5.000 ducados), Fuentelencina (1.232.000 mrs.) Hontoba (1.100 ducados), Hueva (1.000 ducados), Illana y Yebra, con lo cual el efecto recaudatorio que pretendía la Corona se consiguió igualmente[2]. En lugar de halagar a un individuo deseoso de exhibir el título de señor de vasallos, los vecinos de los pueblos que no se dejaron vender tuvieron que rascarse el bolsillo para seguir manteniendo su independencia, cuando no hipotecando las rentas de propios y descuidando con ello las obligaciones de mantener los bienes públicos de los pueblos afectados durante los años en que se devolvía la deuda.

 

 


Borox, Fuentelencina, Auñón, Moratilla y Yebra reloj

En estas localidades el reloj se encontraba situado en la iglesia.

 

 


amojonamientos

En Yebra los encargados de efectuar el amojonamiento según la visita eran un alcalde, un regidor, el escribano del concejo y dos hombres viejos que conocieran bien el término.[27]

 

 

1491
molinos de aceite

Los dos molinos de aceite, de propiedad municipal, rentaban un año con otro 20 reales[160].

 

 

1491
propios

En la visita a Yebra de 1491 se relacionan los bienes de propios que tenía entonces el concejo, con su renta estimada [160]. - Dos molinos de aceite, 20 reales - El término redondo de Barbales, tomado a censo de la encomienda de Zorita por 1.600 mrs. anuales, y que produciía unos 4000 mrs. - Una viña en el el Rasido que podía rentar quince cántaras de vino, aplicadas a la caridad de Santa María. - La almotacenería, que poducía 80 mrs. - La renta de la correduría, que producía un real - El mesón, que producía unos 500 mrs. anuales - La panadería, sin renta conocida

 

 

1491
pilones, fuentes y lavaderos

El pilón de la fuente de Yebra estaba tan descuidado que los visitadores ya habían ordenado su reforma, sin que hasta entonces se hubiera resuelto el problema. En este momento, frey Juan de Cuenca, prior de San Benito de Porcuna, administrador de La Coronada, como visitador en el partido de Zorita, apremió de manera contundente al concejo de Yebra porque, si bien el "pilar" de la fuente que se mandó hacer en la visita anterior sí se había realizado, tenía "toda el agua turbada e maltratada, fecha lavadero de mugre, entrando las bestias, e hechando a coçer e rremojar espartos e otras çuziedades". Por ello se prohibió que el ganado se metiera dentro del pilón, mantener limpia la balsa que había bajo la fuente, y que se habilitase un lavadero en la acequia que iba a los huertos de arriba, de manera que por la acequia alta discurriera el agua y de allí pasara a la baja. El pilón había de realizarse de piedra labrada, bien ajustada y con "sangraderas convenibles por donde pueda salir e respirar", colocada de manera que los animales se acercaran a beber sin ensuciar, y los vecinos pudieran tomar el agua que necesitasen sin incomodidades[160].

 

 

1491
audiencia

La casa de audiencia estaba caída, y en la visita se ordenó levantar una nueva, para que los alcaldes tuvieran lugar donde sentenciar los juicios [160].

 

 

1499
hornos

En Yebra los visitadores hallaron dos hornos de pan cocer, uno "viejo" con algún deterioro en sus paredes, y otro "nuevo", que precisaba de una chimenea[146].

 

 

1499
molinos de aceite

Existían dos molinos de aceite, el denominado "de abajo", que necesitaba una piedra y retejarlo, y el "de arriba", también dañado en su techumbre, por la que entraba el agua. Los visitadores ordenaron su arreglo[146]. En el molino de arriba también había un problema debido a que Martín Fernández, carnicero, impedía la salida del agua a la calle donde solía y por ello se encargó a los alcaldes que resolvieran el asunto[147].

 

 

1499
pilones, fuentes y lavaderos

En el pilón y fuente seguían entrando bueyes y otros animales. Para remediarlo se ordenó colocar unas traviesas de madera o de yeso, "que trauiesen desde las peñas al andén del mismo pylar". También se prohibió a las mujeres que lavasen la ropa en el pilón, bajo pena de dos reales[65]. Una fuente de agua dulce para beber, en el lugar que se denominaba "Mingorruyo", precisaba construir un depósito ("alcoba" dice el acta de visita), y mantenerla limpia para provecho del pueblo[66].

 

 

1499
Yebra, Escariche ganado

Tanto en Yebra[27] como en Escariche[28] ante las quejas de que los cerdos y otras "alimañas" entraban en los huertos y hazas cercanas a la población, se ordenó que se cercasen convenientemente con tapias, valladares o tapias para evitar el paso al ganado.

 

 

1499
audiencia

La nueva audiencia estaba sin concluir, incumpliendo el mandamiento de las visitas anteriores[4].

 

 

1499
bodega

Los jaraices que necesitaba la tercia del vino no se podían hacer salvo en el solar colindante que era de Juan Martínez Blanco. Su valor había de abonarse, junto con el de los jaraices, a cargo de los bienes del concejo de Yebra [65].

 

 

1499
concejo abierto

La dimensión demográfica de algunas localidades de esta provincia de Calatrava no había llegado a finales del siglo XV a un tamaño demasiado grande. Ello, unido a los privilegios de que no se enajenasen bienes en toda la comarca a personas exentas, nos hace pensar en un cierto régimen de igualdad que había de reflejarse en la vida cotidiana, especialmente en las poblaciones más pequeñas donde la vida estaba poco jerarquizadas. La tradición castellana de convocar concejo abierto, una asamablea popular de los vecinos como forma de gobierno, se verificaba en pueblos como Yebra, pues los visitadores observaron que había una cantidad excesiva de diputados y oficiales que se reunían a entender los asuntos municipales. Por esa razón limitaron a ocho o diez personas el número máximo de los que se habían de juntar, como en el resto de los concejos, con la periodicidad de una vez cada semana, "para entender y determinar las cosas en pro e bien del pueblo"[65].

 

 

1499
ganado

Los dueños de las heredades debían contribuir a paliar la situación de destrucción que ocasionaba el paso de los ganados, cercándolas. Así en Yebra en la visita de 1499 se recomendó a sus vecinos cercar los huertos, especialmente si querían gozar de la vez del agua de riego, derecho al que no accederían sin haber delimitado convenientemente sus terrenos[26].

 

 

1499
picota

Todavía no estaba levantada la picota, conforme se ordenó en la visita anterior[4].

 

 

1510
reuniones del ayuntamiento

¿Cuándo se efectuaban los ayuntamientos?. Estaba estipulado que fuera una vez por semana, normalmente los sábados, después de oír misa, aunque había excepciones[10]. Su un oficial no acudía a la reunión del cabildo, incurriría en una pena de diez maravedíes.

 

 

1510
amojonamientos

Ya en 1510 la visita a Yebra menciona litigios con Escariche, debido a unas tierras que no tenían demasiado valor pero eran disputadas por ambas villas: "Hemos visto la diferencia que tenéis con la villa de Escariche, sobre ciertos mojones entre vuestros términos y suyos. Hemos visto con nuestros ojos, que la tierra sobre la que es el litigio, es de muy poca calidad, y que valdría más lo que sobre ello se gastase. Os mandamos que sobre ello no hagáis pleito, sino que la primera vez que el governador o jues de residencia viniere a visitar la villa se lo notifiquéis para que llamada la villa de Escariche vaya a ver el dicho debate, lo concierte y eche los mojones por donde vieran que conviene a la pacificación de los pueblos, y sepáis lo que cada uno debéis guardar, quitándose de pleitos y porque tales diferençias nacen del descuido que los oficiales tenéis en la visitación de vuestros términos, mandamos a los oficiales, que de aquí adelante serán que dos meses antes que salgan de los oficios, cada un año, visiten sus términos y reformen los mojones, ante su escribano del concejo, y la dicha visitación que ansi hiciéredes, se ponga en el arca del concejo, y lo mismo hagáis en los caminos, sendas, veredas y abrevaderos, y porque es razón que el día que fuéredes a facer la visita de los mojones que no vayáis avuestras propias expensas, mandamos que ayáis cada uno de los oficiales que fueredes un real para vuestro mantenimiento, y que os lo reciban y pasen en cuenta, con que no podáis ir más de un alcalde, y un regidor, y el escriuano del concejo, y dos hombres ancianos viejos que sepan de los dichos mojones, y el procurador del concejo y cuando hubiéredes de ir a deslindar término entr vos y otro pueblo hacedlo saber al concejo del tal pueblo, para que se hallen presentes, y el amojonamiento se haga más justificado, y cada uno de vosotros lleve traslado dél ..." [30].

 

 

1510
guardas

Había también en este pueblo una mala guarda en la protección de los cultivos frente a los ganados que dañaban las viñas, olivares y cereales, además de que no se ejecutaban las penas[233].

 

 

1510
San Sebastián, ermita y cabildo

El concejo participaba en muchos cabildos y votos, en los que se gastaba dinero de sus propios, que no se cargaban al receptor. Los visitadores observaron que para hacer las caridades se tomaban algunas fanegas de los repartimientos de trigo que el concejo efectuaba entre los vecinos, por lo que ordenaron a los oficiales que comprasen un libro grande de papel, encuadernado en pergamino, para asentar las cuentas, y que reparasen la ermita lo antes posible. [237]

 

 

1510
San Bartolomé, ermita y cabildo

En 1510, los visitadores también examinaron la ermita de San Bartolomé que disponía de 11 fincas en las que cabría aproximadamente algo más de 13 fanegas, y 59 pies de olivas. Ordenaron al mayordomo que con el dinero que tuviera acabara de construir la ermita, que aún no estaba terminada. [238]

 

 

1510
pilones, fuentes y lavaderos

En esta fecha todavía no existía lavadero en Yebra por lo que las mujeres tenían que lavar su ropa en el abrevadero de los ganados. Los visitadores ordenaron que se construyera uno a la parte abajo de la fuente de la villa antes de la siguiente Pascua Florida, y que se impusiera una multa de 30 mrs. a quien lavase la ropa en el pilón para los animales[233].

 

 

1510
audiencia

Una vez construida, la audiencia sólo necesitaba un enlucido de su interior, y colocar una reja de madera con su cerradura[4].

 

 

1510
hornos

El horno nuevo necesitaba un arco de yeso y el viejo estaba tan mal que los visitadores mandaron rehacerlo[146].

 

 

1510
tercia del pan

La tercia, que tenía una cámara en su parte alta y era propiedad del vecino Antón Fernández Blanco, tenía quebrado el "humblar" (umbral) o viga sobre su puerta, que estaba a punto de caerse. Por ello los visitadores ordenaron que se le enviara al propietario un requerimiento con presencia del escribano público, para que la reparación estuviera realizada antes del día de San Juan siguiente [127].

 
     
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