Albares
Albares

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2000

Vista general de Albares.

 

 

Finalmente, y en virtud de su autoridad eclesiástica, la visita se extendía a todas las ermitas y cofradías sobre las que la Orden de Calatrava se reservaba la vigilancia frente a la autoridad eclesiástica ordinaria, en nuestro caso el arzobispo de Toledo. Las iglesias parroquiales no podían ser objeto de visita por los calatravos, siempre que no dependiesen de la propia Orden, algo que sólo ocurría en territorios conquistados por primera vez por la propia Calatrava, sin que antes hubiera habido en ellos parroquiaa diocesana, por ejemplo, muchas de las localidades situadas en el Campo de Calatrava (actual provincia de Ciudad Real) o en la provincia de Andalucía (en el norte de las actuales provincias de Jaén y Córdoba). La coexistencia de varias autoridades eclesiásticas e un mismo territorio fue el origen de constantes conflictos entre las jurisdicciones episcopales y de las órdenes militares cuando compartían un mismo territorio, y algunos ejemplos veremos más adelante en estas páginas. En esta línea deben interpretarse las dispsiciones en que los visitadores ordenan que se pintaran o repusieran en las iglesias parroquiales las imágenes de San Benito y San Bernardo, patrones de Calatrava, como signo evidente de la autoridad de la Orden, frente a la oposición o descuido, no dudamos que intencionados, de los curas párrocos dependientes de la sede toledana[1].

 

 

1534

También se prohibía a los vasallos de Calatrava que en la firma de contratos y escrituras renunciasen expresamente a sus propios fueros y se obligaban con clérigos y se sometían a la jurisdicción eclesiástica, siguiéndose con ello vejaciones, molestias y excomuniones. Se ordenó que los alcaldes de los pueblos de la Orden, conociendo tales casos, procedieran de oficio contra tales renuncias, pues no sólo iban en perjuicio de las personas que disfrutaban de la jurisdicción exenta de la Orden, sino en contra de los privilegios de Calatrava[1].

 
 

1510

Había que enlucirla, porque "tiene quebrado el yeso", pintar los escudos de la Orden y reales y colocarle un zaquizamí de madera[52].

 
 

1518

La audiencia de Albares necesitaba un blanqueado en su interior, y que se cambiase su disposición, pues en la pared donde estaban pintadas las armas reales y las de Calatrava, la humedad se estaba comiendo la pintura. También recordaron poner el zaquizamí de madera que se ordenó en la visita previa a ésta [52].

 
 

1534

La audiencia no tenía problemas, tan sólo repintar los escudos oficiales, pero los visitadores recordaban el mandamiento de 1510 ordenando colocar un zaquizamí o artesonado, que estaba todavía sin cumplir[52].

 
 

1510

Los oficiales del concejo se reunían en la casa del cabildo del Corpus Cristi, donde los visitadores mandaron colocar una mesa para el escribano[50].

 
 

1518

En la plaza, sobre la carnicería, se estaba construyendo una cámara con destino a las reuniones del ayuntamiento. Recomendaron los visitadores que se cerrasen las colondas, se pintara la imagen de la Virgen, se hiciera un poyo todo alrededor para que se pudieran sentar los oficiales en sus reuniones, se colocase un arcón con su buena cerradura para las escrituras y ponerle "vna mesica bien fecha donde el escriuano de vuestro ayuntamiento asiente las cosas que allý pasaren, e le mandáredes para la buena governaçión de la dicha villa" [50].

 
 

1534

La casa de ayuntamiento, que estaba junto al Coso, precisaba reformas y colorcarle puertas[50].

 
 

2000

Ayuntamiento actual en la plaza.

 
 

1502

A principios del siglo XVI, todavía no tenía hospital, siendo esto considerado por los visitadores como "y para pueblo tan honrrado como éste, es cosa de poca caridad", por lo que ordenaron que se construyera de inmediato[38].

 
 

1510

En 1510 ya se había habilitado un hospital en Albares. Se ordenó acabar su construcción, colocarle buenas puertas de madera con su cerradura, y dotarle de dos dos camas, cobrando para ello de lo que dejó para ello en su testamento un canónigo hijo de Juan Hurtado y lo que faltase se tomara de los propios del concejo. [39]

 
 

1518

El hospital necesitaba añadirle una chimenea y concluir la obra de una casa que se lae había incorporado poco tiempo atrás. La hospitalera informó también de que le hacía falta una caldera y una sartén, que los visitadores ordenaron comprar. También hicieron levantar el inventario de los bienes del hospital de Albares, donde se encontraron[40]: - 4 mantas de diversos colores y estado de conservación - un cabezal viejo, - dos sábana y una pieza de tendal viejo, de una pierna - cinco lenzuelos (piezas de tela de lienzo) - un asador y un asadorcillo de hierro - tres alhonias 11 platos, (tres llanos y ocho hondos) - tres saleras - un morterico de moler sal - doce platos - diecinueve escudillas - una almohada de lienzo - una cama de trenzas - un par de candiles - dos cuchares de hierro - unos manteles llanos

 
 

1534

El hospital necesitaba importantes reformas que fueron detalladas por los visitadores. Había que reparar sus paredes , la cocina, y "doblar" la casa, haciéndole dos cámaras sobre las habitaciones que ya existían. El corral necesitaba cerrarse y dividirse, una parte para la hospitalera que atendía a los alojados, y otra para que éstos pudieran salir. De una sola cama que tenía debería aumentarse a tres, reservando una de ella para clérigos. Para efectuar todo esto se disponía de 4.570 maravedíes que se entregaron a Juan de Fernán Sánchez, procedentes de donaciones de los vecinos para sostener el hospital, cuyas cuentas a Pedro de Carcés, escribano público, que los había recibido,y se ordenó mantener un libro con el detalle de todo el dinero que se aplicaba al hospital [39].

 
 

1576

Las Relaciones Topográficas confirman la existencia de un hospital, cuyo patrono era el concejo, y que había recibido quince años atrás una renta legada por un clérigo natural de la localidad, consistente en un censo de 15.000 mrs. de principal[1].

 
 

1518

El único horno de pan de cocer que se menciona en la visita pertenecía al cabildo del Corpus Christi , y había necesidad de otro. Tratado el asunto entre los visitadores y los oficiales del concejo de Albares, se determinó levantarlo en la Plaza Nueva, por mano de buen maestro, para incorporarlo a los propios municipales y explotarlo mediante arrendamiento[123].

 
 

1534

En 1534 la cifra era la misma que en 1518, un horno[124].

 
 

1502

El tejado del molino de aceite que era de los propios del concejo necesitaba una reparación [123]

 
 

1518

La localidad de Albares disponía de un molino de aceite de los propios municipales., donde se señalaron obras importentes, por el deterioro observado en algunas de sus paredes, añadir un establo y hacer una pililla nueva, además de techar la que había, que estaba al descubierto[123]

 
 

1534

Normalmente el incremento en la producción de aceite iba acompañado de un aumento de la población, como se comprueba en Albares en el año 1534: "Otrosý, vimos la neçesidad que en esta villa tenéis de otro molino de azeite e de otro horno, y fuimos informados que es así porque esta villa a cresçido en vecindad, y en eredamientos de azeite, y cada día se va aumentando, y paresçió por la visitaçion passada, que os fue mandado que hiciésedes dicho molino e horno, lo cual no hallamos fecho, y porque los vezinos se nos an quexado que se les pierde su azeituna por falta de molienda, por tanto, de parte de su Magestad e Orden, mandamos a los ofiçiales de este año que, antes de que salgan de sus ofiçios, hagan fazer otro molino de azeite en el sitio que está junto a las espaldas del otro, porque nos paresçió que estaría allí bien y hagan otro horno a la parte que vieren que mejor estará..." [109]

 
 

1534

Reparar el hastial y enmaderar el tejado del molino de aceite, además del establo, eran obras pendientes de la visita anterior. Se añadió la reparación del otro hastial, situado hacia la fuente, y también las paredes, sustituyendo además la piedra, que era muy baja, para que lo antes posible pudiera arrendarse el molino con destino a los propios de Albares. [123]

 
 

1576

Las Relaciones Topográficas señalan que Albares carecía de aceñas por su lejanía corrientes de agua caudalosas, y sus vecinos iban a moler a los molinos del Verdugo, en el Tajo, que eran de la princesa de Éboli, y también al Tajuña, a los molinos de Querencia, del Marqués de Mondéjar.con lo cual los molinos de aceite que existían en la localidad debían ser de sangre, esto es, movidos por mulas o bueyes[1].

 
 

1502

En un estado muy deficiente, estaba abierta y necesitaba de cerramientos y puertas, además de limpieza[50].

 
 

1510

La carnicería necesitaba además de un antepecho que la cubriera, un desagüe en el corral "donde se suma la sangre porque no aya mal hedor"[50].

 
 

1518

En la carnicería , situada en el mismo edificio que el ayuntamiento, se mandó cerrar algunas paredes, y preparar un sitio que había para hacer una herrería. Sin embargo, en la carnicería no había una habitación para conservar la carne limpia, y por ello trataron con la mujer de Yuste Sánchez, que tenía un corral situado a las espaldas de la carnicería, de donde se podría dar un pedazo de terreno de ocho pies de largo y otros ocho de ancho, para levantar una botica donde el carnicero pusiera la carne y se tuviera acceso a la misma desde la carnicería. El terreno había de ser tasado y pagado justamente a su propietaria[50].

 
     
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