Illana
Illana

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2000

Vista general de Illana.

 
 

1557

Las localidades de Albalate de Zorita e Illana adquirieron el despoblado de Aldovera, situado entre ambas villas, para término común[1].

 
 

Todas las localidades que pasaron a manos de señores particulares dejaron de ser visitadas por las autoridades de la Orden de Calatrava, que se concentraron en los pueblos que todavía seguían bajo su autoridad. Estos pueblos llegaron a pagar cantidades importantes de dinero para no ser enajenados de la jurisdicción de la Orden, como está documentado para Almonacid de Zorita, que desembolsó dos millones de maravedíes (en torno a 5.000 ducados), Fuentelencina (1.232.000 mrs.) Hontoba (1.100 ducados), Hueva (1.000 ducados), Illana y Yebra, con lo cual el efecto recaudatorio que pretendía la Corona se consiguió igualmente[2]. En lugar de halagar a un individuo deseoso de exhibir el título de señor de vasallos, los vecinos de los pueblos que no se dejaron vender tuvieron que rascarse el bolsillo para seguir manteniendo su independencia, cuando no hipotecando las rentas de propios y descuidando con ello las obligaciones de mantener los bienes públicos de los pueblos afectados durante los años en que se devolvía la deuda.

 
 

1555

La visita duró cuatro días, jueves, viernes, sábado y domingo, y llegaron elmiércoles por la noche., hubo de costas 2.895 maravedíes, una cuarta parte de lo cual se cargó a la encomienda de Vállaga, por 724 maravedíes, y quedó de pagar al concejo 2.271 maravedíes, más 12 reales al escribano por el traslado de la visita, que pagó dos quinientos setenta y cinco, y cuatro fanegas y media de cebada para las caballerías. En cada una de las cofradías y ermitas, la visita con derechos del escribano y traslado importaba un real [1].

 
 

1573

La visita, concluida el día 2 de enero de 1573, se realizó en tres días y medio, originó unos gastos de 4.566,5 mrs., a razónde 1.305 mrs. diarios, más 12 reales de los derechos del escribano, que en total ascendieron a 4.974,5 mrs., abonados por Diego de Leganiel, receptor de la villa de Illana. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Benito de Yebra y Diego Martínez de la Iglesia, alcaldes ordinarios; Juan Martínez Pliego, Diego Martínez Gallego, Jerónimo de Pliego , regidores perpetuos; Diego de Leganiel, receptor del concejo y Diego Cabrerizo, alguacil[1].

 
 

1577

La visita, concluida el 23 de abril de 1577, se realizó en tres días, originó unos gastos de 4.446 mrs., a razónde 1.482 mrs. diarios, más 11 reales de los derechos del escribano, que en total ascendieron a 4.820 mrs., abonados por Alonso Ballestero, receptor de la villa de Illana. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Rodrigo Hernández y Roque Martínez Pliego, alcaldes ordinarios; Juan Martínez Pliego, Mateo de Pliego Cano, Pedro Martìnez Contineni; y otros vecinos[1].

 
 

1589

La visita, concluida el día 20 de marzo de 1589 se realizó en tres días y medio, con unos gastos de 4.804 mrs., tres fanegas de cebada, más 620 mrs. de los derechos del escribano. Las autoridades locales a las que se notificó el contenido de esta inspección fueron Mateo de Pliego Cano y Pedro Toledano alcaldes ordinarios; Juan de Esteban Gacía, Alonso Álvarez y Diego Martínez, regdores, y fueron testigos Blas de la Puebla, vecino de la villa y Hernando de Rivadeneira, criado de don Juan Pacheco. Fue escribano Pedro de Figueroa, y eran visitadores generales frey Don Juan Pacheco Rojas, caballero y el licenciado frey Pedro Álvarez de Covarrubias, que presidían una comitiva de doce personas y seis cabalgaduras[1].

 
 

1499

En la audiencia todavía no se veían las armas reales y las cruces de la Orden de Calatrava, que ya se había ordenado pintar, "de mano de buen maestro", blanqueándola primero[132].

 
 

1510

Todavía no estaban pintados en la audiencia los escudos reales y de la Orden de Calatrava con sus trabas, y se reiteró el mandamiento de la visita anterior[132].

 
 

1534

La audiencia no presentaba mal aspecto pues se habían cumplido las órdenes de las visitas previas. Sólo había que "refrescar" las armas reales pintadas, pues estaban viejas, y colocar un arancel [132].

 
 

1541

Por fin se acababa de iniciar la obra para levantar la casa destinada a audiencia, cámara de ayuntamiento y archivo municipal, junto a la plaza de la villa, aprovechando la audiencia vieja, una tienda que era del concejo y un "pedazo de casa" que se adquirió del comendador de Vállaga frey Francisco Carrillo por diez mil maravedíes. Como reiteraban los vistadores en todos sus mandamientos referidos a la construcción de audiencias, además de las gradas y disposición interior para las reuniones de oficiales y jueces, la colocación del arancel con las tarifas de los derechos que habrían cobrar los escribanos por su trabajo, se deberían pintar las imágenes de la Virgen "con su hijo preçioso en los braços", los patronos de la Orden y la cruz de Calatrava[175].

 
 

1555

La audiencia pública se encontraba en buen estado, porque hacía poco que se construyó. Sólo faltaba el arancel y la tabla donde solía estar colocado, que se había traslado a la cámara de ayuntamiento, de donde los visitadores ordenaron sacarlo y volverlo a poner donde debía. Además, se ordenó echar un nuevo suelo de yeso, porque aunque la audiencia lo tenía de ete mismo material, estaba "barrancoso". Desde la audiencia se accedía por una escalera a la cámara de ayuntamiento, que tenía su puerta y cerradura, una imagen de la Virgen con el niño en sus brazos frente a la entrada, y los poyos alrededor. Se ordenó colocar una mesa para el escribano y para conservar el libro de relacioines y las escrituras "manuales", además de que sehiciera un arco en la salida de la escalera, porque había allí unas puertas que se quitaron y estaba feo[175].

 
 

1573

La audiencia había sido dispuesta conforme a los ordenado enla visita anterior, y recibieron las autoridades de Illana el agradecimiento de los visitadores. Por una escalera se accedía en su piso superior a la cámara de ayuntamiento, que también se encontraba en buen estado, con sus poyos alrededor, la imagen de la viregen y un arca con cerradura para el libro de relaciones y escrituras manuales, que servía de mesa para el trabajo del escribano. Los visitadores sólo encontraron unas pequeñas goteras, que ordenaron reparar[175].

 
 

1577

La audiencia estaba bien conservada, salvo sus escudos, que se recomendó rerenovar por el pintor que vivía en Albalate o por uno de Huete, parte de un enlucido y reparación de algunos desperfectos en vigas y paredes. Sobre la aduciencia, la cámara de ayuntamiento se encontraba aceptable, con sus puertas de acceso dotadas de buenas cerraduras. Tras la última visita, aprovechando un prado colindante, sehabía hecho un alfolí en la planta baja, y sobre él se había ampliado el edificio, dándole acceso mediante una escalera desde la propia sala de ayuntamiento, con una torrecilla que daba a la plaza y una sala en la que se iba a colocar una chimenea. Aparte de agradecer el esfuerzo, los visitadores recomendaron que la obra finalizase lo antes posible[175].

 
 

1589

Como no se habían pintado de nuevo los escudos reales ni los de la Orden que estaban en la audiencia, se condenó en 500 maravedíes a los oficiales del concejo, destinando la multa a esta reparación, que habría de cumplirse en tres meses bajo una nueva multa de 10.000 maravedíes a las autoridades locales del momento. Asimismo se prohibió que los tenderos que acudían a Illana montasen sus tenderetes junto a la audiencia, pues clavaban clavos en las paredes, deteriorándolas, y lo mismo a quienes jugaban a la pelota contra la pared de la audiencia. El edificio estaba sostenido con pilares, pero la piedra era mala y se habían respuesto dos, uno de yeso y otro de madera, lo que no era conveniente para un edificio "tan público". Por ello se ordenó sustituirlos en cuanto fuera posible por piedra berroqueña "e tal que sea perpetuo e duradero". En la sala de ayuntamiento se encontró pintada en una tabla la imagen de la Virgen, y no se apreciaron desperfectos, ni tampoco en las habitaciones a las que se tenía acceso desde la sala, una con una chimenea, y otra que daba a una escalera por donde se subía a la azotea[175].

 
 

1510

Se ordenó cubrir de "cabo a cabo" la cámara del concejo, que estaba sobre la carnicería, y también cerrar unos arcos que había hacia la parte del arroyo, obras que continuaban sin realizarse muchos años después[65].

 
 

1534

La cámara del ayuntamiento compartía edificio con la carnicería y herrería, y estaba situada sobre ellas, en el piso superior. Se ordenó cambiar su acceso, que se hacía por el hospital, y se sacara una puerta en la calle de la carnicería, con sus buenas puertas y buena clavazón. También se ordenó abrir una ventana grande a la parte del arroyo, colocándole su ventana de carpintería, además de pintar las imágenes de la Virgen y de los patronos de Calatrava, San Benito y San Bernardo[65].

 
 

1555

El concejo de Illana disponía de una cámara grande para las reuniones de los concejos abiertos y las celebraciones y juntas de las cofradías. Estaba situada en un edificio municipal, sobre la carnicería y la herrería, y una parte de esta cámara estaba cerrada y se arrendaba a los dezmeros del pan. El suelo de dicha cámara se había reparado hacía poco tiempo, pero los problemas de hundimientos en algunas partes no se habían solucionado.[65].

 
 

1555

Se guardaba en casa del cura de la villa, Juan Continente, porque en la scristía de la iglesia, donde se encontraba de ordinario, se estaban realizando obras para ensanchar la iglesia. Se ordenó que "...quando la yglesia sea acabada y aya lugar dispuesto en ella para poder thener la dicha arca, la paséys allý, y si fuere posible procuréys de hazer vna capilleja o apartado en la dicha yglesya donde esté la dicha arca, haziendo vna rexa de madera con su puerta y çerradura y llave, y entre tanto que esto se haze, paséys la dicha arca en casa de vn alcalde o de un rregidor en parte que esté segura y a buen rrecabdo, y no la tengaýs en casa del dicho cura por los ynconvenientes que dello se podrían rrecresçer..." Tenía dos cerraduras cuyas llaves poseían un alcalde y un regidor. Los visitadores ordenaron que se comprara un libro de pergamino para inventariar los documentos, como se había dispuesto en anteriores visitas y no se había hecho todavía. Los visitadores eximieron a los oficiales de ejecutar la pena por incumplimiento de este mandamiento, que hubiera supuesto 400 maravedíes a cada uno. [26]

 
 

1573

El arca se encontraba en casa de Martín Barranquero, que fue alcalde ordinario, y había fallecido, y las llaves estaban en poder de Diego Martínez, regidor perpetuo, que se había marchado a Almonacid y no estaba presente. Como no se pudo abrir el archivo, los allí presentes declararon que las escrituras y privilegios de Illana estaban limpias y ordenadas, y los visitadores aceptaron este testimonio, indicando que en el futuro habría de estar el arca en casa de uno de los alcaldes ordinarios del pueblo, que tendría una de las dos llaves para abrirla, mientras la otra debía entregarse a un regidor[27].

 
 

1577

El arca estaba entonces en casa de Diego Martínez Gallego, y una de las dos llaves estaban en su poder, y la otra en el de Jerónimo de Priego, también regidor perpetuo. Este último se habíamarchado a Villarejo de Fuentes, y no se pudo abrir el archivo, aunque los oficiales que acompañaban a los visitadores aseguraron que estaban ordenadas, limpias, y se tenía buena cuenta de las entradas y salidas de documentos. Los visitadores ordenaron que el archivo estuviera en casa de uno de los alcaldes ordinarios, mientras se habilitaba un sitio en la iglesia, de cuya sacristía se había sacado por las obras que se efectuaban para agrandar el templo, y sus llaves estuvieran una en manos de un alcalde y la otra de un regidor[27].

 
 

1589

Tenemos noticias de que el arca de escrituras se custodiaba en la sacristía de la parroquia, pero como ésta se derrumbó, se trasladó a la cámara de ayuntamiento. Al abrirla los visitadores hallaron que no tenía el libro del inventario autentificado ni cerrado, por lo que mandaron que se hiciera y que se ordenaran las escrituras en el plazo de tres días. Se dio la recomendación de que en un envoltorio se pusieran las escrituras de censos y tributos; en otro títulos y privilegios; y colocándolas dentro de un cobertor de cuero o pergamino en el que se relacionase el conenido de cada paquete, "para que ansí estén más guardadas e conseruadas e con façilidad se halle la escriptura que se buscare"[28].

 
 

1510

El hospital lindaba con la casa de herrería, y se ordenó reformarlo, de manerq eu una parte pudiera quedar para casa de una nueva herrería, cuando la hubiera, y su corral quedar cerrado, para que de noche no pudieran entrar animales o personas. Se encontraba a cargo del cabildo de Nuestra Señora Santa María, y se ordenó que sus cuentas se asentaran en el correspondiente libro. Aparte delmolino de aceite, también recibía el vino del noveno de Vállaga. [175].

 
 

1541

En el hospital, del que se encargaba el cabildo de Santa María de Agosto, convenía sustituir sus ropas de cama, sábanas y mantas, que estaban muy gastadas. También convenía tapiar un corralejo donde salían los pobres, y reparar una pesebrera en un pequeño establo. Este cabildo poseía también una casa junto al hospital que se arrendaba y un molino de aceite. En el invetario del hospital sus bienes aparecían dos camas "trençadas", sábanas y cabeceras, un banco tosco, un caldero, dos sartenes y un asador [175].

 
 

1555

La fórmula para tratar a los que se acogían en el hospital deberia responder a estos principios: "Otrosy, mandamos a vos, los dichos alcaldes e rregidores que tengáys muncho cuidado de ver y visytar el hospital desta villa, y de mirar cómo se haze el él la hospitalidad, y que los pobres que a él vinieren sean caritativamente tratados y hospedados y que los que estuviren sanos no estén más de la noche y el día que llegaren y se vayan luego otro día, y a los que estuvieren enfermos y tullidos que no pudieren caminar, los hagáys curar y dar la mediçinas neçesarias por amor de Dios, haziéndolo pedir entre la buena gente y procurar que se les den los sacramentos y si alguno falesçiere, que de su rropilla y de lo que dexare se haga algún bien por su ánima y no consyntáis que si alguna rropa se diere o mandare para el hospital se venda syno que esté allí para el alvergo y rrecojimiento y buen tratamiento de los pobres, sobre todo lo qual vos encargamos las conçiençias.[175] El hospital de Illana permanecía a cargo del cabildo de Nuestra Señora de la Asunción, y contaba con dos camas de ropas para los pobres, no muy buenas y por ello se ordenó su mejora con cargo a los bienes del hospital, además de que pusiera otra para clérigos, de manera que hubiese tres camas preparadas. También ordenaron tapiar el corralejo del hospital para que pudieran salir allí los pobres acogidos. En su inventario, que se detalla en la visita, en el propio hospital se encontraban 5 mantas, 5 sábanas, una almohada, 2 jergas , un cabezal y un trozo de manta y vara y media de lienzo. De hierro eran un asador pequeño, una cuchara, una sartén buena, completándose el mobiliario con una mesa y un banco. En poder del prioste del cabildo, Alonso García de la Fuente, se encontraron sobre todo los utensilios del molino de aceite propio de este cabildo: dos calderones, un cladero para aguar la grana, tres sartenes viejas de hierro rotas, una estaca y una "cuñuela" de hierro, tres almohadas, cuatro sábanas, una manta, una "tarraja con su hierro", la carta del cabildo, y dos azadones en la iglesia para enterrar a los difuntos.

 
     
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