Auñón, Berninches
La casa del Collado de Berninches

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1534

Tanto la iglesia como la casa del Collado se conservaban en buen estado, incluyéndose la caballeriza y un horno recientemente añadido[1].

 

 

1459

En la visita al Collado se comprobó la necesidad de reparar el atrio de la capilla, tanto la bóveda como la techumbre de madera, que estaba a punto de hundirse. Junto a la iglesia estaba una casa que mandó construir el comendador frey Luis Contreras, y que fue derribada en su mitad por el comendador frey Gonzalo de Lucio. De la mitad que quedaba se conservaba una cámara con un portal delante y una saleta, y sobre ella otra cámara con otra portal corredor, "obrado de yeso pardo e enmaderado de madera de pino parda e cubierto de teja". Junto a ella había una "casa cocina armada colgadizo", dotada de horno, cubierta de tejas , con sus puertas y cerradura. Al otro lado había un establo, también colgadizo, pero cubierto de carrizo en lugar de teja. Alrededor de la casa había tres patios pequeños, a modo de huertos, plantados de árboles y cercados con tapias. En uno de ellos había un "pilarete" pequeño de piedra labrada y otro igual en el patio de la casa[1].

 
 

1493

Tras visitar la casa principal de la encomienda en Auñón, pasaron los visitadores a la iglesia y casa situadas en El Collado. Su comendador, frey Francisco de Bobadilla, había reparado convenientemente el templo, cambiando la cubierta con una nueva de madera de pino, y añadiendo un "zaquizamí", o artesonado de tablas pintadas en la capilla. Se habían pintado las armas de la Orden y las del comendador. Los huertos y sus tapias estaban muy cuidados, y todo ello lo había realizado el comendador a su costa, "para su recreación", sin tener obligación de ello, pues era responsabilidad de hacerlo con cargo a la mesa maestral una vez que los priores que debían atender estas iglesias, con rentas muy escasas, no podía hacerse cargo de su mantenimiento [1].

 
 

1510

La iglesia del Collado se había enlucido y solado de nuevo, además de pintarse un retablo también nuevo con las imágenes de la Virgen, San Benito y San Bernardo. También se había construido nuevamente una casa para la persona que se encargaba de la iglesia, siendo la disposición de la casa de una planta baja y otra alta, la cámara superior rematada mediante un corredor delante con sus arcos de yeso, todo enlucido y en perfecto estado. Un horno y unaa caballeriza remataban el conjunto. En el huerto, que se había cercado de piedra convenientemente, se habían hecho plantíos de árboles[1].

 
 

2000

Interior del santuario de El Collado.

 
     
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