Los bienes y propiedades de la Orden

Encomienda de Auñón
 
 

1493

Tras visitar la casa principal de la encomienda en Auñón, pasaron los visitadores a la iglesia y casa situadas en El Collado. Su comendador, frey Francisco de Bobadilla, había reparado convenientemente el templo, cambiando la cubierta con una nueva de madera de pino, y añadiendo un "zaquizamí", o artesonado de tablas pintadas en la capilla. Se habían pintado las armas de la Orden y las del comendador. Los huertos y sus tapias estaban muy cuidados, y todo ello lo había realizado el comendador a su costa, "para su recreación", sin tener obligación de ello, pues era responsabilidad de hacerlo con cargo a la mesa maestral una vez que los priores que debían atender estas iglesias, con rentas muy escasas, no podía hacerse cargo de su mantenimiento [1].

 
 

1510

La iglesia del Collado se había enlucido y solado de nuevo, además de pintarse un retablo también nuevo con las imágenes de la Virgen, San Benito y San Bernardo. También se había construido nuevamente una casa para la persona que se encargaba de la iglesia, siendo la disposición de la casa de una planta baja y otra alta, la cámara superior rematada mediante un corredor delante con sus arcos de yeso, todo enlucido y en perfecto estado. Un horno y unaa caballeriza remataban el conjunto. En el huerto, que se había cercado de piedra convenientemente, se habían hecho plantíos de árboles[1].

 
 

2000

Interior del santuario de El Collado.

 
...leer el texto anterior