1589
Illana
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Como no se habían pintado de nuevo los escudos reales ni los de la Orden que estaban en la audiencia, se condenó en 500 maravedíes a los oficiales del concejo, destinando la multa a esta reparación, que habría de cumplirse en tres meses bajo una nueva multa de 10.000 maravedíes a las autoridades locales del momento. Asimismo se prohibió que los tenderos que acudían a Illana montasen sus tenderetes junto a la audiencia, pues clavaban clavos en las paredes, deteriorándolas, y lo mismo a quienes jugaban a la pelota contra la pared de la audiencia. El edificio estaba sostenido con pilares, pero la piedra era mala y se habían respuesto dos, uno de yeso y otro de madera, lo que no era conveniente para un edificio "tan público". Por ello se ordenó sustituirlos en cuanto fuera posible por piedra berroqueña "e tal que sea perpetuo e duradero".
En la sala de ayuntamiento se encontró pintada en una tabla la imagen de la Virgen, y no se apreciaron desperfectos, ni tampoco en las habitaciones a las que se tenía acceso desde la sala, una con una chimenea, y otra que daba a una escalera por donde se subía a la azotea[175].
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